:

¿Cómo salir de una frustración emocional?

Unai Maldonado
Unai Maldonado
2025-08-10 01:30:47
Count answers : 23
0
Hay que respirar hondo y tomarse tiempo para reaccionar, a fin de evitar acumular presión sobre uno mismo. En segundo lugar, es esencial recordar que nuestras reacciones son sólo imperfectas y que no tenemos el poder de calmar a los niños inmediatamente. Si la presión del adulto aumenta, es preferible que se aparte para recuperar la compostura y su capacidad de corregulación. Es útil expresar las propias emociones y verbalizar las propias estrategias de autorregulación de la frustración y la ira. Validar todos los sentimientos, incluso los percibidos como negativos, porque son perturbadores. No tenemos que ser perfectos, es una búsqueda inútil en cualquier caso. La paternidad es un camino de desarrollo personal. Cuando la intensidad disminuya, puedes colocarte a su nivel y ayudar la vuelta a la calma mostrando tu empatía y disponibilidad. La corregulación puede llevar tiempo, pero es una inversión a largo plazo. También puede ser necesario proteger al niño de sí mismo durante esta tormenta emocional, especialmente si se está haciendo daño. Cuando los niños ya no rechazan el contacto durante una tormenta emocional debido a una frustración, puede ser muy eficaz ofrecerles un abrazo para ayudarles a calmarse. Es importante que los niños puedan sentir y reconocer que están frustrados, enfadados o tristes sin que se considere inapropiado en la vida cotidiana. Los niños hacen lo que pueden, necesitan ayuda desesperadamente… Como la mayoría de nosotros, atrapados en una emoción que todo lo consume. La frustración como tal no enseña nada. No hay necesidad de generar una frustración que podría evitarse. Anticipación y búsqueda de estrategias: cuando determinadas situaciones son intrínsecamente frustrantes, como los viajes, las esperas o las citas médicas, conviene prever algo para llenar el tiempo. Además, es útil considerar cada tormenta emocional como una forma de conocer mejor a tu hijo. Cada vez es más fácil predecir lo que causa molestias. En la paternidad hay que elegir las batallas. No todo es controlable y aceptarlo es un alivio: todos los niños, humanos como son, experimentan altibajos emocionales. Las expresiones emocionales no contienen ningún deseo de hacer daño. Esto es inevitable, ya que nuestros recursos no resultan óptimos en todas las circunstancias. Así, deben evitarse etiquetas como «es una excitada» o «es una histérica» para no cristalizar ciertos comportamientos. Lo más importante es verbalizar las frustraciones y saber disculparnos si nuestro comportamiento ha sido ofensivo para los niños.