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¿Qué forma de ejercicio mejora la atención plena?

Zoe Guardado
Zoe Guardado
2025-07-18 10:59:21
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Haga una pausa cuando llegue por primera vez a su computadora. Siente el peso de tus piernas en la silla y la presión de tus pies cuando tocan el suelo. Respire unas cuantas veces para calmarse. Profundice suavemente su inhalación y alargue su exhalación. Intente contar hasta tres al inhalar y al exhalar. Ajuste el tiempo para que su cuerpo se sienta más relajante. Cuando se acerque a la habitación de un paciente, deje que su atención se centre en sus pies mientras camina por el pasillo. Preste atención a cada pie cuando entra en contacto con el suelo, paso a paso. Reduce la velocidad y deja que tu respiración y tu movimiento se conecten. Deja que tu atención descanse allí. Controle su estado general de ser. Pregúntese: "¿Cómo se sienten mis pies en este momento?" Cualquier cosa que notes en tus pies o en tu cuerpo, aporta aceptación a esa experiencia. Respire profundamente: inhale durante cuatro, haga una pausa durante dos y exhale lentamente. Durante el lavado de manos, quédese quieto y haga una pausa. Presta atención al momento: alcanza el jabón, extiéndelo en tus manos; el movimiento, la sensación del jabón, la temperatura, la textura. Quédate con la experiencia y no con tus pensamientos. Respire profundamente y permita que las sensaciones físicas en sus manos le recuerden que debe estar presente para la siguiente interacción. Cuando te acerques a alguien por primera vez, observa algunos detalles sobre esa persona, como el color de sus ojos, la expresión de su rostro o su postura. Mientras notas estos detalles, respira unas cuantas veces y siente sensaciones en tu cuerpo a medida que llegas a la conexión de la interacción. Luego, preste toda su atención a la interacción. Si tu mente vaga hacia otra experiencia, obsérvalo con aceptación y tráelo de regreso a la persona o personas con las que estás y a los sentimientos de tu propio cuerpo. Si hay tiempo antes de una interacción importante, haga una pausa intencional durante aproximadamente 30 segundos. Respire unas cuantas veces para calmarse y sienta su cuerpo. Luego establezca la intención de llegar a la interacción con presencia y cuidado. Cuando esté realizando una tarea concentrada durante un período prolongado, mire hacia arriba periódicamente y permita que su visión periférica se amplíe. Respire unas cuantas veces para calmarse y observe cualquier sensación de descanso en su cuerpo. Periódicamente a lo largo del día, haz una pausa, cierra los ojos, abre los oídos y escucha sonidos a lo lejos. Esto es como ampliar su visión periférica: en su lugar, utilice su oído. Permita que los sonidos vayan y vengan sin involucrarse en la historia de qué son los sonidos. En particular, nota y disfruta de cualquier experiencia placentera de amplitud mientras escuchas sonidos a lo lejos. Cuando notes que te sientes tenso, si es posible, aléjate de la situación durante uno o dos minutos. (Los baños son un excelente lugar para hacer esto). Valide su experiencia con compasión, diciéndose a sí mismo: "Es comprensible que me sienta así". Coloca tu mano sobre tu corazón o en una posición tranquilizadora, respira y repite tu frase compasiva unas cuantas veces. Antes, durante o después de una situación difícil, haz una pausa. Siente tus pies firmemente asentados y repite esta frase mientras la vinculas con tu respiración. Piensa en una frase tranquilizadora, como "Inhalando, calmo mi cuerpo, exhalando, me relajo". Al menos una o dos veces a lo largo del día, mira algo simple que te parezca hermoso. Podría ser el cielo, una flor o la imagen de un ser querido. Tómate unos momentos intencionalmente para notar esta belleza y saborea el disfrute durante al menos unos momentos.
Carla Reséndez
Carla Reséndez
2025-07-18 07:49:51
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La atención plena, o mindfulness, nos invita a volver a este estado de conexión con el aquí y el ahora. La atención plena, también conocida como mindfulness, es la capacidad de estar presente, de ser consciente de nuestros pensamientos, emociones y sensaciones en el momento en que ocurren, sin juzgarlos ni querer cambiarlos. Algunos de los beneficios de la práctica de mindfulness incluyen: Reducción del estrés y la ansiedad: al enfocar nuestra atención en el presente, evitamos caer en la trampa de pensamientos ansiosos o preocupaciones futuras. Aquí te comparto algunos ejercicios de mindfulness que puedes realizar en cualquier momento: Respiración consciente: siéntate en una posición cómoda, cierra los ojos y lleva toda tu atención a la respiración. Siente cómo el aire entra y sale de tu cuerpo, sin tratar de controlarlo. Este ejercicio es muy útil para reducir el estrés y centrarte en el presente. Escaneo corporal: recorre mentalmente cada parte de tu cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, notando cualquier tensión o incomodidad sin juzgarla. Es un ejercicio que ayuda a conectar con el cuerpo y a liberar tensiones. Observación de pensamientos: dedica unos minutos a observar tus pensamientos sin involucrarte en ellos. Imagina que son nubes pasando por el cielo. Este ejercicio ayuda a reducir la identificación con los pensamientos negativos. Mindfulness en la naturaleza: da un paseo al aire libre y observa los sonidos, los colores y los olores a tu alrededor. Permítete estar presente sin distracciones, disfrutando del entorno. La atención plena no se limita a ejercicios específicos. Puedes incorporarla en tu vida diaria con acciones simples, como: – Ser consciente al comer: en lugar de comer rápido, prueba saborear cada bocado, notando los sabores, texturas y aromas. – Conducir con calma: en lugar de dejar que la prisa te controle, conduce de manera consciente, prestando atención a la carretera y respirando profundamente. – Escuchar activamente: cuando hables con alguien, intenta estar totalmente presente, sin pensar en lo que vas a decir a continuación. Escucha verdaderamente al otro. Cada uno de estos momentos es una oportunidad para volver al presente y experimentar la vida de manera plena.