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¿Cuándo la comunicación no funciona en una relación?

Martín Miranda
Martín Miranda
2025-08-16 01:39:29
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Cuando la forma en la que atendemos nuestras necesidades es distinta a la forma en que lo hace nuestra pareja y si no hay una buena comunicación esto puede generar distancia en ambos. Son formas distintas y todas son válidas. Comunicarnos desde un estado emocional muy alto es comunicarnos desde nuestra parte más defensiva y desde aquí sólo conseguiremos discutir y atacar con la finalidad de llevar la razón, algo que se convierte en un gran obstáculo para el bienestar de nuestra relación. Es importante relajarnos y calmarnos para evitar malentendidos, para evitar activar el estado emocional de nuestra pareja y acabar discutiendo y perdiendo el objetivo de nuestra comunicación. Algo que suele suceder en pareja es sentir rabia o enfado a la hora de comunicarnos por no sentirnos entendidos y escuchados. Una buena estrategia si no podemos evitar la rabia o el enfado fuerte puede ser hacer una pausa, tranquilizarnos, tomarnos un tiempo fuera. Siempre informando a nuestra pareja de que nos estamos sintiendo muy nerviosos y que vamos a salir un momento para tranquilizarnos y poder volver a la conversación en otro estado emocional.
Marcos Girón
Marcos Girón
2025-08-15 22:35:48
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La falta de comunicación no siempre se ve a simple vista. La desconexión se disfraza fácilmente de frases como «esto puede esperar» o «ya lo hablamos otro día». Sin embargo, lo que comienza como un detalle menor puede convertirse en una barrera que termina generando una crisis de pareja. Cuando una pareja deja de comunicarse, rara vez es casualidad. Generalmente, es una señal de que hay algo más importante detrás, algo que ha crecido en silencio hasta volverse evidente. Entre los desencadenantes más comunes están: El trabajo, los hijos y las responsabilidades cotidianas pueden absorber tanto tiempo que la pareja queda relegada. El agotamiento diario reduce las conversaciones a lo básico, dejando poco espacio para conectar de verdad. Callar para evitar problemas: muchas veces, preferimos callar lo que nos incomoda por miedo a generar discusiones, sin darnos cuenta de que ese silencio puede volverse insostenible con el tiempo. Diferencias de estilo: no todos nos comunicamos de la misma manera. Tal vez uno necesite hablar todo en el momento y el otro prefiera procesar las cosas en silencio. Si no se entienden estas diferencias, pueden generar frustración. Rutinas sin conexión: no se trata de cuánto tiempo estáis juntos, sino de cómo lo vivís. Si todo lo que compartís son listas de cosas por hacer, la relación puede empezar a sentirse más como un trabajo que como una pareja. Resentimientos acumulados: cuando los problemas se dejan sin resolver, es difícil abrirse y comunicarse. Cada conversación puede sentirse como una trampa o un juicio, generando desgaste psicológico. Cuando no hay comunicación, la pareja entra en piloto automático. Se convive, pero no se conecta. Y cuando eso pasa, cualquier malentendido puede convertirse en un problema mayor.