¿Cuáles son las 10 características de una persona adicta?

Carolina Zayas
2025-05-22 04:54:01
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El paciente adicto cuenta con una baja autoestima lo que hace que a menudo se juzguen con mucha severidad. Dificultad en el manejo de responsabilidades. La responsabilidad a menudo desborda a la persona y por tanto trata de buscar estrategias para evitarlas. Baja tolerancia a la frustración. Los pacientes adictos tienen mucha dificultad para regular y manejar sus emociones. Hipersensibilidad a las críticas. La persona no acepta críticas de ningún tipo y se ofende con facilidad. Rigidez de pensamiento. El paciente no muestra flexibilidad en su forma de pensar y se suele guiar por esquemas de pensamiento basados en categorías y axiomas inamovibles. Miedo al rechazo. Es habitual la falta de asertividad, y por tanto, no hacen prevalecer sus derechos ni sus opiniones por el miedo a ser despreciado. Búsqueda de la aprobación de los demás. El paciente en las relaciones interpersonales tiene habitualmente puesto el foco de atención en pensamientos relativos a lo que los demás piensan de él y a mostrar una buena imagen de sí mismo a costa de reprimir sus propios pensamientos y emociones. Inestabilidad Emocional. A menudo el paciente vive inmerso en una montaña rusa emocional con altibajos en el estado de ánimo que pasan del placer al displacer en un breve espacio de tiempo. Búsqueda inmediata del Placer. A menudo se relaciona con el “enganche a las emociones positivas” que producen en nuestro cerebro la liberación de dopamina y es la responsable de que el paciente “quiera más”. Perfeccionismo. El paciente siente que tiene que hacer todo perfecto o de lo contrario estará fracasando. Impulsividad. La dificultad para el manejo de las emociones es una constante en las adicciones. Egocentrismo. Se caracteriza por el sentimiento del paciente relativo a ser el centro de atención de todas las miradas.

Inmaculada Serna
2025-05-12 20:15:02
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Mal humor, excitación, ira, hostilidad, depresión
Mentir y robar constantemente
Negarse a reconocer los efectos nocivos de las drogas
Evitar a viejos amigos o a personas que podrían plantearles cara a cara la cuestión de las modificaciones de comportamiento
Guardar secreto sobre las llamadas telefónicas
Tener amigos que no quieren que usted conozca o de los que no quieren hablar
Contestar con evasivas cuando se les pregunta dónde han estado
Pérdida de motivación
Falta de interés en la vida cotidiana
Faltar a clase

Jordi Vega
2025-05-12 19:36:28
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Negación
El adicto directamente niega que consuma o que tenga dificultades con la droga, el alcohol, el juego...
Asegura que controla su consumo, o que ha sido un golpe de mala suerte.
Es decir, que no necesita ayuda.
Es más, incluso puede dejar de consumir durante un tiempo para tranquilizar a todos.
Autoengaño
El adicto antes que engañar a los demás se dice mentiras a sí mismo... y se las cree.
Su sistema cerebral de recompensa necesita que siga consumiendo y su cerebro elabora continuos autoengaños:
“yo puedo dejar la droga cuando quiera”, “esta es la última vez”.
La mitomanía es una tendencia patológica a fabular la propia realidad y es un rasgo presente en la personalidad adictiva.
Así es, el adicto más que mentir a los demás, se engaña.
Mentir es algo completamente normal para él.
Forma parte del mundo ilusorio que ha ido creando y en el que él cree que controla, que puede dejar de consumir cuando quiera, que nunca le ocurrirá nada negativo, que podrá levantarse pronto con un golpe mágico de suerte...
llega al punto de decirse mentiras a sí mismo.
Victimismo
Es la etapa siguiente a la negación.
Cuando ha tocado fondo, el adicto reconoce tener dificultades, pero culpa de su problema a todos los demás.
Interpreta la realidad a su modo para escudarse detrás de sus excusas:
“Mi familia me controla y eso me da ansiedad”, “es que el jefe la tiene tomada conmigo”, “me pegaban de pequeño”, “no encuentro trabajo”…
En lugar de responsabilizarse, el adicto reparte culpas.
“Todos son culpables menos yo, que pago las consecuencias”, se repite a sí mismo una y otra vez.
Manipulación
El adicto es especialmente hábil para identificar los puntos débiles de cada uno.
Eso le ayuda a manipular o chantajear a conveniencia para terminar consiguiendo lo que quiere: consumir droga.
Sabe lo que tiene que decir, a quién y en qué momento.
Sabe cuándo mostrarse cariñoso o cuándo debe hacerte creer que si no le das lo que te pide ocurrirá algo aún peor…
El familiar del adicto siempre debe estar atento y preguntarse: ¿Qué pretende en este momento?
Así podrá manejar mejor esa sensación constante del sentimiento de culpa a la manipulación.
Deseo irresistible por la droga/conducta
Debes tener algo muy claro: el adicto sólo tiene una idea en la cabeza y es volver a repetir la conducta adictiva.
¿Cómo y cuándo consumiré de nuevo/jugaré?
El adicto mantiene con la sustancia/conducta una “unión simbiótica”, es decir, una unión total.
Esa unión se manifiesta como un deseo irresistible que está por encima de todo y que eclipsa la personalidad adictiva.
Por eso, es ilusorio pensar que con el amor de la novia la persona cambiará, que con la paciencia y comprensión de sus padres terminará dejando el consumo…
Entre el adicto y la sustancia es difícil penetrar sólo con la buena voluntad.
Se precisa ayuda especializada.
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