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¿Por qué tengo tanto miedo de tomar decisiones?

Margarita Munguía
Margarita Munguía
2025-08-07 06:40:09
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El miedo a tomar una decisión equivocada genera tal nivel de ansiedad, que les llega a paralizar. La angustia que sentimos no es el por el hecho de tomar una decisión u otra, sino por la repercusión o consecuencia que puede tener, es decir, el miedo a tomar una decisión equivocada. Debemos de ser conscientes que es imposible adelantarnos a lo que va a pasar, por lo tanto, jamás vamos a tener la seguridad de que estamos tomando la mejor decisión. Habitualmente, podemos diferenciar las siguientes razones: Miedo a equivocarnos. El miedo a tomar la decisión equivocada genera tal nivel de ansiedad, que les llega a paralizar. Miedo a no estar a la altura. El miedo que siente el paciente a no poder aguantar la repercusión que puede tener su decisión. Miedo a la impopularidad. Las personas con este miedo, viven con el deseo continuo de agradar a los demás. Por este motivo, cuando se encuentra en el momento de tomar una decisión siente el miedo de no gustar a todos y sufrir impopularidad.
Margarita Ramírez
Margarita Ramírez
2025-07-28 22:33:57
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Es la falta de control percibido, la sensación subjetiva de no poder hacer nada para cambiar la situación, lo que hace que nos quedemos “en una esquina”, esperando que llegue el próximo castigo y sin movernos, es decir, con miedo a tomar decisiones. Este miedo genera muchos pensamientos automáticos negativos tales como: “no sirve para nada intentarlo”; “la vida siempre me castiga”, “todo va a estar mal siempre”, etc. Esto ocurre cuando percibimos una falta de control ante los castigos del medio. Este tipo de patrón de comportamiento aparece en los seres humanos cuando han estado expuestos a condiciones aversivas que parecen aleatorias e inevitables, con lo que la sensación de impotencia, de no poder hacer nada para mejorar las circunstancias es uno de los factores clave en la depresión. Una de ellas puede ser no haber aprendido estrategias de resolución de problemas, o habilidades de afrontamiento, o tener un trastorno de ansiedad. El motivo del que vamos a hablar en este artículo es la Indefensión Aprendida de Seligman: es un estado psicológico que se manifiesta cuando una persona comienza a sentir que es incapaz de modificar alguna situación, comportamiento o estado mediante sus conductas.
Eduardo Hernádez
Eduardo Hernádez
2025-07-18 13:30:55
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Un miedo descontrolado es aquel que desencadena una serie de pensamientos negativos que se repiten constantemente. Lo más frecuente es anticipar negativamente lo que va a ocurrir. Imaginamos diferentes escenarios, todos ellos malos, y esto nos bloquea hasta el punto de impedir que tomemos una decisión. Nos agarramos a aquello de “más vale conocido que bueno por conocer”. Nos negamos a saber qué hay del otro lado de la puerta… ¿Será mejor? ¿Peor? ¿Me gustará? ¿O empeorará mi situación? ¿Y si me arrepiento y no puedo volver atrás? Cuando atravesamos una época complicada en nuestras vidas y queremos cambiar, es cuando aparece ese miedo a no tomar la decisión correcta. Tenemos la necesidad de sentirnos bien, de terminar con aquello que nos produce angustia y tristeza, pero no sabemos por dónde empezar. Muchos de nosotros nos preguntaremos: “¿Y por qué siento ese miedo a no saber gestionar la situación si no sale como me hubiera gustado?”. Las causas pueden ser muchas, y depende de cada persona. En muchas ocasiones, el origen de este miedo que nos llega a bloquear, nace de la incapacidad que sentimos para enfrentarnos a un conflicto. Llegamos a pensar que no seremos capaces de hacer frente a la nueva situación si no sale como esperábamos. Las inseguridades se apoderan de nosotros y nos debilitan. En conclusión, volvemos al punto inicial. No hacemos nada, “por si acaso…”. Otro de los motivos por los cuales podemos vernos limitados por el miedo, es por lo que entendemos como fracaso. Muchas personas no están educadas ni acostumbradas a entender el fracaso como algo positivo. Equivocarnos nos da miedo. Parece ser algo castigado por el entorno y por nosotros mismos. No podemos permitirnos fracasar porque eso implica un sentimiento desagradable unido a un duro golpe a nuestra autoestima donde nos damos cuenta de que no servimos, o que no somos capaces de hacer algo en concreto.
Manuel Deleón
Manuel Deleón
2025-07-18 11:55:30
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El mecanismo que se pone en marcha en los cerebros de los indecisos suele activar siempre los mismos resortes: el miedo a tomar la opción equivocada. Bajo este tipo de fobia se esconde la incapacidad de aceptar y asumir las consecuencias negativas de nuestros actos, el perfeccionismo, la autocrítica desmedida, las luchas internas que esconden diálogos interminables entre ambos extremos y que no hacen sino sobrevolar sobre hipótesis imaginarias y a veces absurdas o exageradas. A veces el problema radica en lo poco que se valora la persona incapaz de decidirse, porque las consecuencias no serían tan terribles si confiara en sus virtudes y en su capacidad de superar la situación negativa, en caso de que se dé. Normalmente el problema de la baja autoestima está ligado también al hecho de que se le da excesiva importancia a la opinión de los demás. Si se toma una decisión sobre algo importante normalmente nos exponemos al resto de nuestro entorno, y es algo que puede llegar a ser muy duro si no se sabe manejar. Lamentablemente es mucho peor caer en tierra de nadie y yacer en la pasividad. Optar por una respuesta evitativa ante una cuestión que nos genera malestar es peligroso, porque a veces, como decíamos, se acaban tomando decisiones de manera impulsiva que sí que pueden tener consecuencias terribles. Hay que entender que normalmente no existe la decisión correcta o incorrecta. Nada es blanco o negro. La opción puede ser más o menos adecuada a la situación, nhưng incluso aunque el contexto no acompañe las personas optimistas y valientes pueden hacer frente a todos esos miedos e incluso a una realidad indeseada, si ocurre. Para convertirnos en una persona así tenemos que perder el miedo a equivocarnos. Tenemos derecho al error. Y además tampoco podremos saber nunca qué habría pasado en el universo alternativo en el que hemos tomado la opción opuesta, por lo que no merece la pena lamentarse por el resultado.