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¿Cómo mostrar respeto con los padres?

Biel Cornejo
Biel Cornejo
2025-10-03 11:07:29
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La misión de cada padre para con sus hijos –garantizarles un bienestar, atender a su salud, a su seguridad, a la formación de su carácter, a su crecimiento como personas, etc.– precisa de un marco de respeto mutuo para realizarse. Si este falta, si los hijos no son receptivos a nuestra guía ni muestran respeto por nuestra autoridad, [dicha tarea] es más difícil. Entiendan que tienen el derecho a ser respetados y actúen en consecuencia –dice a los adultos–. Por las investigaciones sabemos que una crianza con autoridad se asocia con resultados más positivos en cuanto al carácter. Si queremos que nos respeten, debemos respetarlos. Si queremos que digan ‘por favor’ y ‘gracias’, tenemos que decirlo también nosotros. Si no queremos que nos hablen con sarcasmo, evitemos el sarcasmo al dirigirnos a ellos. Si esperamos que nos hablen en un tono de voz adecuado, hagámoslo también. Traten –aconseja– de no hablar innecesariamente sobre los defectos y errores de otras personas, y explíquenles a los chicos que no nos gusta que otros hablen mal de nosotros a nuestras espaldas. Intenten ser de quienes hablan bien de los demás. No permitan que los hermanos se digan unos a otros ‘¡cállate!’, ni que se pongan apodos, sean groseros, sarcásticos o irrespetuosos en modo alguno. Demuestren físicamente, incluso con juegos de rol, cómo luce y suena el respeto en cuanto al tono, el contenido y el lenguaje corporal. Y después ilustren la ausencia de respeto, para que los hijos perciban qué maneras son las que no deben emplear. ¿Qué sucede –concluye– si hasta ahora sus interacciones familiares se han caracterizado por las faltas de respeto y las han dejado pasar sin más? No es demasiado tarde para cambiar esa situación si se adoptan las medidas oportunas para crear una cultura familiar respetuosa.
Jimena Gómez
Jimena Gómez
2025-09-20 02:54:01
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Debemos tener en cuenta que ahora se tiene que trabajar más para obtener ese respeto. Si nos comportamos como debemos, llevamos un orden, seguimos unas rutinas en el día a día y no somos caóticos. Será más sencillo para vuestro hijo/a. Se pueden estipular todas las rutinas que cada familia quiera o considere importantes. La autoridad no es incompatible con el respeto ni con la flexibilidad, si nuestro hijo no comparte lo que estamos diciendo tiene que poder rebatirnos o intentar explicarnos porque no lo ve bien y ofrecer otra posible solución. Dejar claras cuáles son las normas en casa. Nunca ejerceremos violencia, deberemos hablar y razonar, así como hacer que hablen y razonen sin rabietas nuestros hijos/as. Pierde el miedo a decir “NO”, pero explícalo, no vale el “no porque no” o el “no porque lo digo yo”. Se coherente con tus actos, si dices que harás algo, hazlo. Si te equivocas, reconocer tu error háblalo y solucionadlo entre padres e hijos. Dales voz, no pretendas que no quieran rechistar o poner en entredicho lo que digas, sino que es bueno que rebatan y que piensen por sí mismos.
Noelia Riojas
Noelia Riojas
2025-09-19 23:34:13
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El respeto se antoja un aspecto fundamental para el desarrollo de una persona, tanto para uno mismo como para los demás, siendo la familia además el lugar más importante para desarrollarlo de forma correcta. El respeto por las figuras de autoridad, como pueden ser los padres o los profesores es básico para el desarrollo de un niño. Es habitual escuchar sobre los niños que “ya no tienen respeto” ante algunas personas y figuras, como pueden ser padres o profesores. De hecho, es difícil definir qué causa esta dificultad para mostrar respeto ante las figuras de autoridad, aunque cierta permisividad, una elevada preocupación por evitar sufrimiento y el papel que desempeña el niño en la sociedad actual parecen formar parte de este problema. Es en demasiadas ocasiones cuando los padres cometen el error de tratar de evitar por todos los medios el sufrimiento de sus hijos, cuando se les intenta proteger del fracaso y de la frustración, entre otras. Y es que las frustraciones y los fracasos nos enseñan que no siempre se puede conseguir lo que uno desea, ayudándonos además a controlar nuestras emociones. Y es que la frustración de un niño suele ser pequeña, y si evitamos que se “entrene” a la hora de tolerar la frustración cuando esta es manejable, al crecer no será capaz de afrontar estas situaciones y su conducta y emoción que se desencadenen pueden ser inadecuadas. Predicar con el ejemplo, el niño aprende imitando modelos, si queremos un hijo respetuoso deberá ver que sus padres lo son tanto con él como con personas del entorno y con las que se interactúa día a día. El respeto por las figuras de autoridad es un aspecto fundamental en el desarrollo de un niño y forma parte de la vida.