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¿Qué se hace en una sesión de arteterapia?

Erik Zamudio
Erik Zamudio
2025-06-29 09:46:46
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Comenzamos por hacer una relajación sencilla para traer nuestra mente hacia la actividad y facilitar la conexión, preparamos el cuerpo permitiendo que se suelte y relaje. Tras esta primera acción, empezamos a desarrollar la obra, lo que ocupará la mayor parte del tiempo y terminaremos comentando el proceso y los temas que han ido aflorando. Durante la sesión te acompañaré para asistirte en los temas técnicos como el uso de los materiales, guiarte en la relajación y ejercicios propuestos. Las sesiones de arteterapia tienen como objetivo el autoconocimiento y el desarrollo personal. En las sesiones lo importante no es la obra que realizamos, no son clases de dibujo con fines técnicos, sino el proceso creativo que nos lleva a conectar con nuestro sentir. El arte tiene la capacidad de transmitir sin palabras, y es ese inmenso potencial el que aprenderemos a aprovechar para que nos ayude a tomar conciencia y perspectiva de nuestras vivencias y relación con el mundo y los demás.
Mara Conde
Mara Conde
2025-06-29 07:24:01
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En una sesión de arteterapia se ofrecerán libremente diferentes materiales de expresión artística como pinturas de cera, acuarelas, lápices de colores, plastilina, arcilla, telas, instrumentos musicales… Las sesiones pueden ser individuales o grupales, dependiendo del problema a resolver, o de la opinión del arteterapeuta, que lo valorará en una entrevista personal previa. Las siguientes suelen durar una hora, u hora y media, y se dividen en tres partes: Bienvenida, Desarrollo de la sesión y Autoevaluación. En la revista Inspira, publicada por la Asociación Profesional Española de Arteterapeutas, se refieren a las sesiones “como un lugar de silencio, escucha e introspección. Lugar para conectar con lo más íntimo a través de la realización de obras y de la puesta en palabras, en diálogo o con el grupo, y con el terapeuta”. La sesión tiene que desarrollarse en un ambiente relajado donde las personas no establezcan conversaciones, para disparar la abstracción y concentración en la propia obra. Durante el proceso creativo surgirán dificultades a las que el paciente se va a enfrentar y que permitirán analizar cómo salió de esa situación –buscando una solución alternativa, persistiendo, abandonando…–, lo que llevará a la persona a un constante proceso de reflexión acerca de cómo enfrentarse a los problemas. Terminado el trabajo se debe valorar la obra para invitar al paciente a la reflexión consciente de su inconsciente, sobre cómo se ha sentido, qué le ha gustado más, qué le ha costado especialmente. Eso sí, siempre sin juzgar ni interpretar su obra, ni obligar a hablar a quien no se sienta cómodo, ya que solucionar aquello que resulta traumático no sucede milagrosamente en una hora y media, sino que es un proceso más lento.