:

¿Por qué el rechazo me pone tan ansioso?

Vera Nevárez
Vera Nevárez
2025-08-06 08:11:41
Count answers : 22
0
El rechazo es algo conocido por todos y todas, cada quien lo ha sentido a su manera y es inherente a nuestro día a día. De hecho, la ciencia nos dice que cuando nos sentimos rechazados/as se activan en nuestro cerebro las mismas áreas que ante el dolor físico. Cuando no nos eligen para un puesto de trabajo que deseamos, cuando alguien no nos otorga determinado espacio, cuando un amigo/a no cuenta con nosotros/as… sentimos un malestar intenso que nos hace conectar con la pérdida, el abandono y la soledad. Desde un punto de vista evolutivo, pertenecer al grupo ha sido indispensable para la supervivencia del ser humano, y ser rechazados/as implicaba tener que enfrentarnos en soledad a numerosos peligros. El malestar ante el rechazo entonces podía ser un mecanismo útil que nos mantenía cerca de los demás, adaptados/as socialmente. Es común que cuando nos rechazan nos sintamos inadecuados/as, cuestionemos nuestro valor y dudemos de nuestras capacidades y cualidades. Esto, por un lado, tiene mucho que ver con los mecanismos psíquicos que se ponen en marcha cuando somos niños/as y vivimos experiencias de rechazo, abandono o negligencia: nos responsabilizamos del daño que nos hace una figura cuidadora para poder mantenernos cerca de ella, ya que la necesitamos para sobrevivir. En función de cómo ha sido nuestra historia, si hemos crecido en vínculos en los que nos hemos sentido especialmente vulnerables al rechazo o al abandono, es posible que esto se active de una manera más intensa en nuestro día a día: hay algo mal en mí que hace que no me quieran o elijan.