¿Cómo manejar la frustración con los hijos?

Laura Carrasco
2025-08-31 19:55:40
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Desarrollar habilidades de autorregulación es crucial para que los niños alcancen un crecimiento cognitivo, emocional y social equilibrado.
Estas habilidades no solo potencian su bienestar a lo largo de la vida, sino que también mejoran su rendimiento académico, empleabilidad y salud general.
Comunicación emocional.
El primer paso es que conozcan sus emociones y les pongan nombre.
Para ello podéis poner en práctica lo siguiente:
Dedicar un momento del día para preguntarles cómo se sienten y por qué.
Incluir en el espacio de lectura diaria libros didácticos y adaptados a su edad sobre la gestión de las emociones.
Técnicas de resolución de problemas.
En este caso, serás tú el que enseñes a los niños a buscar soluciones a aquello que les frustra.
Puedes hacerlo, proponiéndoles lo siguiente:
Si a la hora de desempeñar una tarea algo les resulta difícil, esta puede dividirse en pasos e ir consiguiendo pequeños logros.
Para reflexionar sobre las futuras soluciones, pueden preguntarse: “¿qué podrías hacer diferente la próxima vez?”.
Fomenta un entorno en el que se acepte el error; equivocarse es parte del aprendizaje.
Establecer expectativas realistas.
Es importante ajustar las expectativas según la edad o las capacidades del niño.
Para ello:
Ayúdales a que conozcan claramente las metas y cómo pueden lograrlo.
Adapta las tareas según su nivel de desarrollo.
Explícales que a veces las cosas no salen como se esperan, y no es algo malo.
Paciencia y autocontrol.
Para que sea más sencillo, podéis poner en práctica:
Juegos como ‘Simón dice’, que les enseña a esperar y seguir instrucciones
Ejercicios simples de respiración para aprender a relajarse cuando se sientan frustrados.
Recompensarles cuando demuestran paciencia, les motiva y refuerza su autoestima.

Luna Menéndez
2025-08-23 02:34:20
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Evitar la permisividad. Al principio puede ser más bien difícil. Si sobreprotegemos a los niños, entendemos que, si dejamos de hacerlo, tal vez les hagamos daño. Sin embargo, si no les dejamos experimentar el fracaso para que sepan hacerle frente ahora que son pequeños, cuando sean mayores será todo más difícil para ellos. Ser ejemplo. Como adultos, debemos ser ejemplo siempre para los niños. Si ellos ven que somos capaces de afrontar un fracaso de forma entera y madura, sabrán que tenemos la resiliencia necesaria, y actuaremos como el ejemplo en el que mirarse. No acudir corriendo ante cualquier contrariedad. Es algo que hacen algunos progenitores. En cuanto ven que sus hijos se han metido en un embrollo, aunque sea de dimensiones minúsculas, acuden prestos al rescate sin dar la oportunidad al infante para que use sus herramientas de resolución de conflictos. Evitar que los fracasos se vean como algo negativo. En realidad, todos fracasamos en algún momento. De hecho, estos fracasos son pozos de conocimiento y aprendizaje excelentes. Si hacemos que el niño los vea como fallos negativos, jamás podrá aprovechar la sabiduría que hay en ellos. Educar en el esfuerzo. Si después de haberse esforzado mucho, el niño falla y se frustra, hemos de ayudarle a entender que ha hecho cuanto ha podido y estaba en su mano, y lo debe ver como un error o una pérdida de tiempo, más bien es una lección. Ten claro siempre que, para que estas técnicas sean eficientes, hay que establecer objetivos razonables. Así lograremos que los niños sean perseverantes, en base a refuerzos positivos que promuevan su independencia y su desarrollo.

Rayan Domenech
2025-08-11 14:50:29
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Rebaja tus expectativas. Analiza cuales son las expectativas que has depositado en primer lugar en ti como madre/padre y en segundo lugar, sobre tus hij@s, y trata de rebajarlo. No trates de buscar la perfección, busca aquello que os haga felices y no te preocupes en exceso de cosas que no son realmente importantes. Confía en ti y no te culpes. Ante las dificultades, confía en que lo estás haciendo bien y que podrás encontrar una solución. Evita sentimientos que te generen culpabilidad, en la crianza no todo va a salir según lo planeado, no puedes tenerlo todo bajo control. Expresa tus emociones. Tus reacciones y comportamientos son un espejo en el que tus hijos se miran, y aprenden de ello, así que, expresar tus emociones también será positivo para que ellos puedan expresar las suyas. No pasa nada por que tus hijos te vean llorar, o te vean decaíd@, comparte con ellos cómo te sientes, aunque recuerda, no son tus confidentes, puedes compartir la emoción, pero no la preocupación. Tolerar la frustración significa poder enfrentar los problemas y limitaciones que tenemos a lo largo de la vida, a pesar de las molestias o incomodidades que nos puedan causar. Tolerar la frustración como padres significa adquirir nuevas herramientas para gestionar las diferentes situaciones del día a día, pensando en el bienestar de nuestros hijos, aunque esto suponga alejarnos de las expectativas que hemos creado.

Gabriel De la Torre
2025-08-11 13:17:37
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Cuando un niño pequeño empieza a sentir frustración, es normal que como padres no sepamos bien cómo manejar esos momentos. La frustración no es mala, al contrario, es una oportunidad para ayudar a los pequeños a conocer sus emociones y aprender a enfrentarse a desafíos.
Es fundamental entender que reaccionan de forma natural y que necesitan apoyo y guía.
Puedes decir algo como: “Parece que te sientes frustrado porque querías lograr eso y te está costando”.
Hablar en voz baja, respirar profundo o decir “me siento un poco frustrado, pero lo voy a intentar de nuevo” son gestos que ellos pueden imitar.
Puedes decir: “¿Cómo crees que podemos solucionarlo?” o “¿Qué podrías intentar ahora?”.
Crear un ambiente con límites claros les da seguridad para expresar sus emociones y entender cómo canalizarlas de una manera adecuada.
Decir “puedes sentirte frustrado, pero no está bien lanzar cosas” les ayuda a conocer sus límites y a tener autocontrol.
Actividades como armar un puzzle o hacer una torre de bloques son ejemplos de cómo pueden practicar la paciencia y aprender a seguir intentándolo.
Es importante reconocer estos pequeños logros; decir “qué bien que seguiste intentándolo” o “mira lo que conseguiste al no rendirte” refuerza su esfuerzo y les da confianza para enfrentar otros retos.
Acompañar a los niños con paciencia y empatía les ayuda a entender sus emociones, fortalecer su confianza y desarrollar habilidades clave para enfrentar los desafíos de la vida.

Alicia Salinas
2025-08-11 10:18:57
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Debemos distinguir la intolerancia de la frustración de una respuesta normal ante un niño que ha perdido a un juego, o sus papás no le han comprado lo que quería, etc. Si solo expresa malestar, su reacción no es desproporcionada y se desanima, esta es normal. Lo que no es normal son las pataletas, gritos, insultos, enfados, en definitiva, respuesta de agresividad. La sobreprotección impide a los niños afrontar el fracaso. Evitamos que se produzca dándoselo todo hecho, ayudándoles en todo, evitándoles cualquier problema, etc. La permisividad incapacita a los chicos a hacer frente a los problemas, ya que siempre consiguen lo que quieren. Dar ejemplo La actitud positiva con la que los padres afrontamos un fracaso o una situación difícil, le servirá de ejemplo para que ellos aprendan a solucionar sus problemas. ¡Deja que se frustre! Cuando su hijo se enfade, grite o patalee, no vayas inmediatamente a satisfacer sus exigencias. De esta forma aceptará que no siempre lleva la razón y tendrá que buscar la solución adecuada ante las situaciones difíciles. Evita que vea los fracasos como algo negativo Explícale que en la vida se encontrará con momentos de éxito y otros de fracaso. Los fracasos son aprendizajes, nos ayudan a mejorar y nos dan la posibilidad de crecer también como personas. Lo importante es darnos cuenta en qué nos hemos equivocado y cómo lo podemos solucionar para evitar que vuelva a ocurrir. Enséñale a ser perseverante Es esencial para superar situaciones difíciles. Si el niño aprende a ser constante en todo lo que se ponga a hacer, podrá solucionar muchos de los problemas que se le presenten y podrá manejar la frustración. Reforzar cuando reaccione de manera apropiada ante una situación difícil Cuando el niño, ante una situación complicada, tarde en reaccionar con su respuesta habitual de agresividad, tenemos que elogiar siempre. Promueve la independencia Hazlo cuando los niños ya no son tan bebés, (2,3,4 años), adquieren cierto grado de autonomía, y son ellos quienes quieren hacer las cosas, comer, vestirse, etc. Favorece esta autonomía, déjalo hacer tareas solito y de esta manera dispondrá de herramientas para tolerar la frustración.
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