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¿Qué pasa en el cerebro cuando procrastinamos?

Nicolás Tello
Nicolás Tello
2025-07-04 04:03:30
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Nuestros cerebros siempre están buscando recompensas relativas. Si tenemos un círculo de hábitos alrededor de la procrastinación, pero no hemos encontrado una mejor recompensa, nuestro cerebro continuará haciéndolo una y otra vez hasta que le demos algo mejor que hacer. Acabar con la procrastinación no es buscar una app de gestión de tiempo o de buscar estrategias de autocontrol, sino que se centra en el manejo de nuestras emociones de forma diferente. Este hábito se puede tomar como un síntoma de algo mayor, pero no es un trastorno en sí. Representa el equivalente a lo que sería una tos como uno de los síntomas de una neumonía. Bucear en las causas de la procrastinación por evasión lleva a afirmar que no es un problema de poca productividad, sino que se trata de un asunto de gestión de emociones. La neurociencia ha confirmado su validez no sólo para luchar contra la procrastinación, sino también para lidiar con el cansancio y la pérdida de concentración. Hay que esforzarse para superarlo, pero se puede conseguir. Técnicas más recomendadas para vencer a la procrastinación.
Vega Guzmán
Vega Guzmán
2025-07-04 01:26:26
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El sistema límbico es una parte más mayor del cerebro que es automática y busca placer, así como evitar las cosas que causan aflicción. Por su parte, la corteza prefrontal es una parte más nueva que ayuda a planificar, tomar decisiones y a alcanzar metas a largo plazo. Todos sufrimos en alguna ocasión procrastinación debido al conflicto entre estas dos estructuras de nuestro cerebro. Un estudio del Departamento de Psiquiatría del Harvard Medical School desveló que los procrastinadores habituales tienen una menor conexión con la corteza cingulada anterior, parte del cerebro que asimila información y que está implicada en la toma de decisiones. Además, esta sección cerebral está directamente relacionada con el control cognitivo. La corteza prefrontal, sobre todo a edades tempranas, juega un papel importante en la procrastinación, ya que en el caso de los adolescentes, por ejemplo, esta parte del cerebro aún se encuentra en proceso de maduración, por lo que es más habitual que procrastinen.