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¿Por qué la comparación me hace sentir mal?

Mateo Villagómez
Mateo Villagómez
2025-07-07 00:52:19
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Las comparaciones son siempre injustas. Como hemos explicado comparamos lo peor de nosotros mismos con lo mejor que presumimos de los otros. No tienes nada qué ganar, pero sí mucho qué perder. Al compararte descuidas tus propias capacidades y a la larga terminas perdiendo tu seguridad, tu dignidad y tu pasión, ¡ahí es poco!. Las comparaciones te roban tu tiempo. Generalmente nos centramos en nuestras partes “defectuosas” y ahí nos quedamos, no nos ocupamos en buscar herramientas para ser una versión un poquito mejorada de nosotras mismas. Además, las comparaciones no tienen fin, aunque consigas “mejorar” ese aspecto concreto, luego habrá más y más… ¡Qué cansancio! Las comparaciones te quitan alegría. Las comparaciones te roban energía.
Leo Barreto
Leo Barreto
2025-07-07 00:08:54
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Cuando nos comparamos con otra persona, a menudo estás midiendo sus puntos fuertes con tus puntos débiles. Él/ella tiene su historia, sus condiciones, sus cualidades… y tú las tuyas. Cuando te comparas con los demás, te falta información. Si el resultado del análisis de tus emociones es negativo, te animamos a que trabajes en la erradicación de esta acción. La comparación es la acción de observar las diferencias y las semejanzas entre dos elementos, sean personas, objetos, lugares o cosas. En el caso del acto de compararnos con otros, esta acción puede convertirse en muy perjudicial para nuestra autoestima, ya que en muchas ocasiones nos comparamos con los demás para buscar los propios defectos, convirtiendo esto en un mal hábito. Si no tenemos esto en cuenta, lo único que conseguiremos será dañar nuestra seguridad y amor propio. Presta atención a los momentos en los que te comparas y observa cómo te hace sentir la comparación.
Jan Valle
Jan Valle
2025-07-06 22:19:24
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Compararnos tanto es una función natural del cerebro: nos ayuda a ubicarnos en el entorno y a aprender por contraste. Pero en la era de las redes sociales, esto dejó de ser ocasional para volverse constante, parcial y distorsionado. Solemos comparar nuestro “detrás de escena” con la “mejor versión editada” de los demás. Lo que puede empezar como inspiración, termina generando: – Autoexigencia excesiva – Baja autoestima – Envidia silenciosa – Desconexión con los propios logros – Ansiedad o desánimo Señales de que estás atrapado en la comparación: – Sentís que nunca es suficiente lo que hacés o tenés – Mirás logros ajenos con frustración o culpa – Estás hiperconectado a redes y salís peor de lo que entraste – Pensás “yo a esa edad debería haber…” – Te cuesta reconocer tus propios avances