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¿Comparar a las personas es tóxico?

Alicia Salinas
Alicia Salinas
2025-07-07 00:26:28
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Comparar (inadecuadamente) infunde odio (menosprecio, celos, etc.) porque siempre hay alguien que sale perdiendo en la comparación. Si nos comparamos con alguien considerado “inferior” reforzamos toscamente nuestra autoestima y si nos comparamos con alguien “superior” lo más normal es que nos sintamos inseguros… o algo peor. No obstante, ya sabes, al fin y al cabo, no hay nadie (exactamente) igual a otro. Las comparaciones que efectuamos de forma rutinaria en nuestro día a día son muy superficiales, solo analizamos un aspecto y no el conjunto de forma que tampoco son significativas. Lo mismo que sucede con el mérito: a la hora de analizar los éxitos (y los fracasos), se suele ser muy arbitrario, parcial y sesgado. No debemos, en ningún caso, sublimar las comparaciones, ni las que nos refuerzan ni las que nos generan (un poco) de ansiedad: no están bien planteadas casi en ningún caso, son incompletas, irrelevantes, las hacemos por inercia. Y, además, nos falta el aspecto interno de la persona, solo conocemos el nuestro pero nunca el de la persona analizada. Todo el mundo se siente inseguro en mayor o menor medida, solo que algunos lo fingen mejor. Ante el bombardeo de “triunfitos” de todos los sectores sociales que recibimos por todos los canales de comunicación es difícil no caer en la tentación de compararnos con ellos y elaborar una vara de medirnos totalmente equivocada. Pero hay que relativizar cualquier comparación, porque para que una comparación fuera justa y estuviera bien planteada y justificada, necesitaríamos mucha información que no tenemos ni podemos conseguir.