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¿Cómo ayudar a un adolescente a regularse emocionalmente?

Fernando Hernández
Fernando Hernández
2025-07-26 00:33:40
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Para ayudar a un adolescente a regularse emocionalmente, ser capaz de reconocer y explicar sus emociones no es lo mismo que culpar a alguien o algo por la manera en que se siente. Acepta todas sus emociones como naturales y comprensibles. No te juzgues por las emociones que sientes. Es normal que las sientas. Reconocer cómo te sientes puede ayudarte a superarlo; por lo tanto, no seas tan duro contigo. Piensa cuál es la mejor manera de expresar tu emoción. ¿Debes confrontar amablemente a otra persona? ¿Hablar con un amigo? ¿O es mejor que salgas a correr para descargar lo que sientes? Aprende a cambiar tu estado de ánimo. Intenta hacer cosas que te hagan feliz, aunque no tengas ganas. Favorece las emociones positivas. Genérate el hábito de centrarte en las cosas buenas que hay en tu vida, aunque sean pequeñas. Busca apoyo. Habla sobre cómo te sientes con tus padres, con un adulto en quien confíes o con un amigo. Esto te puede ayudar a analizar tus emociones y darte un punto de vista diferente de las cosas. Haz ejercicio físico. La actividad física ayuda al cerebro a generar sustancias químicas naturales que pueden mejorar el estado de ánimo. El ejercicio físico también libera el estrés y ayuda a evitar que te centres en los sentimientos negativos. Si tienes sentimientos de tristeza o preocupación durante más de un par de semanas, o si te sientes tan triste que podrías llegar a hacerte daño o hacer daño a otras personas, es posible que necesites algo de ayuda. Habla inmediatamente con un adulto en quien confíes, como uno de tus padres, el consejero de la escuela, un maestro o un entrenador.
Marcos Carreón
Marcos Carreón
2025-07-25 22:34:12
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Ayuda a tu hijo adolescente a reflexionar. Es importante tener un estrecho vínculo afectivo y una comunicación abierta con nuestro hijo, que le permita saber que puede acercarse a nosotros. A veces solo espera ser escuchado, no necesariamente quiere o necesita que le digamos lo mal que estuvo o que le llenemos de ideas sobre qué hacer. Que los adolescentes sientan escuchados y acompañados por nosotros sin ser invasivos es muy valioso para ellos. Anticípate a los compromisos de tu hijo adolescente. Cuando deban realizar alguna tarea importante o tengan algún evento familiar ya acordado es importante darles recordatorios y ayudarles a tenerlo presente anotándolo en algún calendario que tengan a la vista. Ayuda al adolescente a reconocer y a hablar de sus emociones. Ayudar a nuestros hijos a reconocer cómo se están sintiendo ante ciertas situaciones es una buena manera de ayudarlos a tener un mayor control sobre sus reacciones. Debemos estar atentos ante aquellas señales de que algo les está perturbando. Enseña al adolescente a no tomarse las cosas de forma personal. Muchas de las cosas que nos llegan a enojar o a decepcionar, no han sido realizadas expresamente para hacernos daño. Predica con el ejemplo a tu hijo adolescente. Es imposible que tratemos de enseñar a nuestro hijo adolescente a controlar sus impulsos si nos ve gritando maldiciones cuando alguien nos comete alguna falta de tránsito o cuando nuestra computadora no funciona adecuadamente. Agradece y refuerza el autocontrol del niño adolescente. Cuando observemos que nuestro hijo, logró controlar sus emociones adecuadamente, no dudemos en hacérselo saber. El camino al autocontrol es permanente. Si a nosotros como adultos nos cuesta a veces, debemos tener claro que a un adolescente le significa un reto aún mayor.
Alma Matías
Alma Matías
2025-07-25 21:52:52
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La base está en hablar abiertamente de las emociones. Una técnica concreta es incluir el reconocimiento emocional en las charlas cotidianas. En vez de solo preguntar “¿cómo te fue?”, se puede proponer:“Hoy me sentí [X] porque [X]” o “Pasó [X] y me hizo sentir [X]”. Esto ayuda a ponerle nombre a las emociones y empezar a validarlas. Otra herramienta es reflexionar sobre reacciones pasadas. Como propone el sitio Understood, si tu hijo resolvió una situación difícil con calma, reconocerlo. Si actuó con enojo, abrí el diálogo para pensar juntos otras formas posibles de reaccionar. Una vez que tu hijo logra identificar sus emociones, el siguiente paso es que aprenda a regularlas. Para eso, existen recursos concretos: Aplicaciones móviles ofrecen ejercicios de atención plena y seguimiento del estado de ánimo. Listas de reproducción en Spotify con canciones relajantes para momentos de enojo o ansiedad. Salidas creativas como tocar música, pintar o escribir. También es importante respetar sus propios métodos para bajar la tensión. Algunos chicos prefieren jugar videojuegos después de una jornada estresante; otros eligen moverse o conversar. La clave es ayudarlos a identificar lo que les sirve y darles espacio para aplicarlo. La empatía no implica asumir las emociones ajenas como propias, sino aprender a reconocerlas y validarlas. Como señala Harvard: “No se trata de cómo te sentirías en su situación, sino de cómo se sienten realmente”. Una forma de enseñar esto es demostrar buena escucha en casa. Si tu hijo necesita desahogarse, no interrumpas ni des consejos automáticos. Escuchalo, validá su emoción y mostrá que entendés su punto de vista, aunque no estés de acuerdo. La empatía se aprende más por imitación que por lecciones teóricas. Para acompañar a un adolescente, los adultos también necesitan desarrollar su propia inteligencia emocional. Pedir retroalimentación, leer literatura que explore emociones complejas o practicar técnicas de regulación emocional son formas eficaces de mejorar el propio EQ. Enseñar inteligencia emocional empieza por ejercitarla uno mismo.
María Pilar Delrío
María Pilar Delrío
2025-07-25 20:41:47
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Escucha sin interrumpir. Los más mayores pueden tener estos cambios rápidos de comportamiento y hablar de una manera muy angustiada sobre lo que está mal. En ese momento, la clave es dejar que lo digan todo. Muy a menudo, los adultos, bien intencionados, interrumpimos con sugerencias, olvidando que expresar emociones es en sí mismo una fuente de alivio. Después de escuchar con atención, podemos apoyar aún más a los adolescentes si simplemente empatizamos con ellos. Podemos intentar decir algo como "eso es terrible" o "lamento mucho que haya sucedido". La validación es muy efectiva, especialmente con los adolescentes. A veces se preocupan porque algo puede estar mal con sus sentimientos, porque sus emociones pueden ser muy fuertes. Si bien hay una parte del adolescente que está muy molesto, a menudo hay otra parte que está un poco asustado por lo fuertes que pueden ser sus emociones. Es un gran consuelo para ellos cuando los adultos decimos: "tus sentimientos tienen sentido y puedo entender por qué estás teniendo esa reacción". La mayoría de las veces, estos primeros tres pasos serán suficientes para ayudar a tu hijo. Pero si no son suficientes, podemos avanzar de expresar sus sentimientos hacia controlar sus emociones. Una forma de hacerlo es ayudar a los adolescentes a consolarse a sí mismos. Habla con tu hijo adolescente sobre lo que puede hacer para sentirse mejor, como la respiración profunda y lenta. La respiración abdominal es muy calmante y nos ayuda a llevar oxígeno profundamente a nuestros pulmones. Trata de mostrarle apoyo diciendo cosas como: "esto es difícil, pero no durará mucho tiempo" o "con lo difícil que es, estoy tan impresionado por lo que puedes controlar y que podamos compartirlo y hablarlo". Si has escuchado, validado y ofrecido confianza a tu hijo adolescente, pero todavía está molesto, el siguiente paso puede ser decirle "¿necesitas ayuda para tratar de resolver este problema?". Preguntar si necesita apoyo, en lugar de solo ofrecer consejos, puede ayudar a mantener la conversación con un adolescente. A veces dirán "no, solo quiero desahogarme", y puedes estar seguro de que escuchar ofrece el apoyo que necesitan. Y si dicen que sí, tienden a ser mucho más receptivos a nuestra sabiduría.
Eduardo Vega
Eduardo Vega
2025-07-25 20:06:14
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Cuando un adolescente comparte su dolor, ofrece la compasión como primera respuesta. Decir “Siento mucho que te sientas así” o “Claro que estás mal” muchas veces es exactamente el apoyo que los adolescentes buscan, y puede ayudar a mantener abiertos los canales de comunicación. Si tu hijo o hija adolescente te dice que siente angustia, pregúntale qué le ocurre y escucha atentamente. Después, averigua si puedes proponer palabras más precisas para describir cómo se siente. En función de lo que te haya dicho, puedes contestar “Sí, entiendo los motivos de tu angustia”. “Y me pregunto si también sientes frustración, nervios o preocupación”. A los adolescentes no siempre les apetece hablar sobre cómo se sienten, y eso es normal. Los adolescentes pueden expresar sus sentimientos de muchas formas saludables que no implican hablar con palabras. Suelen desahogarse a través de actividad física o con un buen llanto, escuchando música o con una expresión artística que muestre cómo se sienten. Atiende y apoya todas esas sanas expresiones de sus sentimientos.