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¿Cómo fortalecer la memoria y la atención?

Antonia Carballo
Antonia Carballo
2025-07-18 09:20:52
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Hay muchas maneras de hacerlo, lo importante es que se tenga la voluntad y las ganas para que el proceso de ejercitar la memoria y la concentración sea más fácil. Una alimentación saludable, baja en grasa, azúcares y procesados y rica en aceites naturales, productos integrales y pescado ayuda al funcionamiento integral del cerebro. El consumo de agua es fundamental para mantenerse hidratado por lo que recomiendan de 3 a 5 litros de agua al día. La actividad física es fundamental, el ejercicio aeróbico o cardiovascular, amplía la capacidad de oxigenación en el sistema circulatorio por lo que el flujo de sangre al cerebro es mayor. Aprender cosas nuevas ayuda a captar el interés y la atención, esto es fundamental porque físicamente el cerebro está generando o enlazando conexiones neuronales. Haga esquemas y planifique tareas, tener un listado de tareas ayuda al cerebro a organizarse y a orientar la atención una tarea a la vez. Organice sus espacios, los espacios amplios, tranquilos y ordenados ayudan al cerebro a organizarse optimizando la habilidad de aprender. Utilice técnicas de mindfulness, estas son estrategias que ayudan a focalizar toda la atención en el momento presente, aumentando la probabilidad de aprender más rápido y mejor. Utilice mnemotecnia, estas son herramientas de asociación que ayudan al cerebro a organizar la información para que sea más fácil recordarla y aprender nuevos conceptos. Haga juegos mentales, los acertijos, crucigramas, sudokus, sopas de letras o cualquier actividad que requiera de un esfuerzo de recordación o búsqueda de información, funcionan muy bien como ejercicio mental.
María Pilar Alaniz
María Pilar Alaniz
2025-07-09 08:55:41
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Mejorar la atención y la memoria es un objetivo para muchas personas. Lo cierto es que nuestro rendimiento intelectual se incrementa cuando logramos mejorar la atención y la memoria. En realidad, mejorar la atención y la memoria es sobre todo el fruto de hábitos adecuados, además de constancia y disciplina. Se puede lograr a cualquier edad, aunque, obviamente, a edades avanzadas exige más dedicación. Hay algunas estrategias sencillas para lograrlo. Es casi obvio que para mejorar la atención y la memoria es fundamental evitar las distracciones. Especially en el caso de la lectura resulta muy importante que vayamos subrayando lo que identifiquemos como más importante o merecedor de ser un recuerdo. Al mismo tiempo, al terminar es necesario darle un repaso a esos puntos que hemos remarcado. Hacer muchas cosas a la vez es uno de los hábitos que se ha ido implantando en la actualidad y que, a su vez, más efectos negativos tiene. Esas son las peores circunstancias para memorizar. En pocas palabras, trabajar en modo multitarea hace que nuestra capacidad para mantener la atención disminuya mucho antes, a la vez que perjudica nuestra capacidad para crear recuerdos fehacientes y precisos. Un entorno bien iluminado, en el que haya pocos distractores y un nivel de ruido bajo, facilita el control atencional. Una atmósfera agradable predispone el cerebro a realizar una mejor actividad. La atención y la memoria están muy relacionadas. Cuando se logra un nivel alto de atención, casi que automáticamente se activan los procesos de memoria. Especialmente en esos casos, se vuelve necesario emplear estrategias externas para facilitar la codificación o recuperación de recuerdos. Las estrategias son múltiples: elaboración de fichas mnemotécnicas, la grabación y escucha de un texto o el uso de mapas conceptuales, entre otras. Implica la introducción de métodos eficaces en las actividades intelectuales, de manera que los resultados se ven casi de inmediato.
Ariadna Tamayo
Ariadna Tamayo
2025-06-28 00:07:16
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Llevar una vida activa, tanto física como cognitivamente. Realizar entre 3 y 5 horas de ejercicio físico a la semana. Cuidar el descanso: durante la noche se produce gran parte del proceso de codificación y procesamiento de la información que adquirimos durante el día. Tener una rutina. Evitar el multitasking: emprender muchas tareas a la vez pone a nuestro cuerpo en un constante estado de alerta que favorece la aparición de fallos cognitivos. Reducir el estrés: está relacionado con el punto anterior, pero también incluye realizar actividades que favorezcan los estados de relajación, como la meditación, los paseos contemplando la naturaleza o quedar con amigos, así como buscar algún hobbie para su tiempo libre que le mantenga activo. Realizar actividades que supongan un reto: aprender un nuevo idioma, leer todos los días un rato, disfrutar de juegos de mesa, realizar manualidades, hacer crucigramas que ejerciten el pensamiento, probar una nueva receta de cocina, entre otras. Lo fundamental es incrementar la dificultad de forma progresiva y salir de las zonas de confort. Ser proactivos si nuestra memoria comienza a fallar: escribir a mano, asociar fotos o recortes con experiencias vividas, y vincular nuevas vivencias con situaciones pasadas son estrategias útiles para fortalecer la memoria. Utilizar recordatorios visuales como carteles, agendas o calendarios ayuda a organizar las tareas pendientes, mientras que los códigos de color y las reglas mnemotécnicas facilitan recordar y reconectar con la información importante. Tener un propósito vital: vivir con sentido es un bálsamo terapéutico que ayuda a prevenir cualquier deterioro físico o mental. El cerebro es un músculo que se puede y se debe ejercitar. Llevar una alimentación rica en proteína, fibra y omega 3. También anima a reducir el consumo de azúcares, alimentos ultra-procesados y grasas saturadas.