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¿Cómo puedo calmar la ansiedad en la escuela?

Miguel Ángel Rivera
Miguel Ángel Rivera
2025-07-30 17:48:53
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Comienza por tener una mentalidad enfocada en el "crecimiento". Detecta qué te hace sentir la ansiedad. Conoce las sensaciones corporales que forman parte de la ansiedad. Descríbetelas. Cuando estás ansioso, ¿sientes mariposas en el estómago? ¿Te sudan las manos? ¿Te tiemblan las manos? ¿Te late más rápido el corazón? Reconoce que estos sentimientos forman parte de la respuesta normal del cuerpo a un desafío. No son nocivos. Desaparecen por sí solos. La próxima vez que los sientas, intenta detectarlos sin que te moleste su presencia. Acéptalos. Permite que estén allí. No tienes que hacerlos desaparecer. Pero tampoco debes darles toda tu atención. Fíjate si puedes hacer que pasen a un segundo plano. Respira. Respira lentamente unas pocas veces. Podrías inhalar mientras cuentas hasta 4 y exhalar mientras cuentas hasta 6. Puedes usar los dedos para contar cuatro o cinco respiraciones. Respirar varias veces lentamente no hará que la ansiedad desaparezca, pero puede reducirla. Tal vez te ayude a prestar menos atención a las sensaciones y los pensamientos de ansiedad. Puede ayudarte a recomponerte y estar listo para seguir adelante. Explícate a ti mismo lo que harás. Cuando estés ansioso, es común que te digas a ti mismo cosas como: "No puedo hacer esto". O "¿Y si lo arruino todo?". En lugar de eso, planea decirte algo que pueda ayudarte a enfrentar el momento con coraje: "Puedo hacerlo". O "Es normal que me sienta ansioso. De todos modos, puedo hacerlo”. Enfrenta la situación: no esperes a que la ansiedad desaparezca. Lo que te ayudará a manejar la ansiedad es enfrentarla. Esto se llama exposición. Comienza con un pequeño paso. Cuanto más practiques, mayor capacidad tendrás para manejar la ansiedad.
Eduardo Hernádez
Eduardo Hernádez
2025-07-30 17:42:31
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En primer lugar, se debe identificar la situación que produce ese estrés y/o ansiedad y trabajar sobre ella. Aportando al alumnado estrategias de gestión emocional, facilitándole planes personalizados de enseñanza–aprendizaje o desarrollo de las habilidades sociales y relaciones de aula, etc. Algunas opciones para disminuir el estrés y la ansiedad del alumnado en el aula pueden ser: Trabajar las relaciones interpersonales y crear un clima seguro y agradable en el aula. Utilizar técnicas de relajación La respiración abdominal: sentados o tumbados, en silencio, con el cuerpo relajado y una mano en el abdomen, inspirar durante tres segundos e hinchar la barriga. Después expirar el mismo tiempo y vaciar la barriga. La relajación muscular: sentados, relajar el cuerpo y respirar durante unos segundos. Apretar los músculos de la cara y aguantar unos segundos, después relajar y respirar. A continuación, volver a apretar, pero esta vez un brazo… Repetir el proceso pasando por ambos brazos, el abdomen y las piernas). Practicar posturas de yoga y meditación en algún momento del día. Desarrollar habilidades organizativas y de gestión del tiempo. Inculcar hábitos saludables que beneficien la salud tanto física como mental de las personas. Ofrecer técnicas breves e individuales para afrontar momentos de fuerte ansiedad (utilizar el pensamiento positivo, la distracción del pensamiento para eliminar los negativos…). Estas técnicas pueden ser utilizadas de forma generalizada para todo el aula, evitando así hacer sentir diferente al alumno o alumna que presenta el estrés o la ansiedad. Además, es recomendable establecer una relación de confianza entre alumno y profesor, orientador o psicopedagogo, con tal de crear momentos de comunicación en la que trabajar a nivel individual y personalizado.
Gloria Arias
Gloria Arias
2025-07-30 13:12:49
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La práctica hace al maestro, aunque no sea factible saber exactamente qué habrá en un examen, conocer el formato puede ayudar a los estudiantes a sentirse más preparados. Simular las condiciones del examen, por ejemplo practicando a la misma hora que el examen, también puede ayudar. Reorganizar los materiales de estudio o presentar la información de una forma nueva puede mejorar la comprensión, lo que aumenta la confianza. Las estrategias eficaces para realizar exámenes pueden ayudar a reducir el estrés, como por ejemplo: Tachar las respuestas erróneas en los exámenes tipo test para mejorar las probabilidades de acertar. Evitar dedicar demasiado tiempo a una pregunta y pasar a otra después de responder. Saltarse preguntas difíciles y volver a ellas más tarde. Cuidar la salud mental y física es fundamental. El exceso de trabajo lleva al agotamiento, así que planifique "descansos cerebrales" regulares para recargar las pilas. Técnicas como los ejercicios de respiración pueden ayudar a calmar el cuerpo y la mente. Los objetos que alivian el estrés, como las pelotas antiestrés o los juguetes inquietantes, también pueden ayudar. Practicar la atención plena mediante actividades como la meditación puede mejorar la concentración y reducir el estrés con el tiempo. Comprender la ansiedad puede ayudar a los niños a controlarla. Por ejemplo, saber que un corazón acelerado también puede significar excitación en lugar de miedo puede cambiar su forma de afrontar las situaciones estresantes. Un estudio de Stanford descubrió que replantear la ansiedad de este modo puede incluso mejorar el rendimiento en los exámenes. La preparación genera confianza. Aunque la capacidad natural puede ayudar, la preparación es clave para superar los retos. Ayudar a los niños a estudiar con eficacia y a desarrollar estrategias les hace sentirse preparados y capaces, lo que refuerza su autoestima y mejora sus resultados.
Yago Castellanos
Yago Castellanos
2025-07-30 11:58:22
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Animar al estudiante a utilizar las técnicas para tranquilizarse o para reducir la ansiedad que le haya enseñado un consejero o terapeuta. Permitir que el estudiante tenga a la mano un objeto que lo tranquilice o fotos de su familia. Constatar con frecuencia la comprensión y el estado emocional del estudiante. Ofrecer recesos para “llamar a casa” (para los estudiantes con ansiedad por separación). Consentir que el estudiante pida ayuda a un miembro del personal escolar con experiencia en salud mental cuando se sienta ansioso. Permitir que el estudiante se siente donde esté más cómodo, como cerca del maestro o de un amigo. Consentir que el estudiante se siente en la parte de atrás del aula o cerca de una salida durante las asambleas. Permitir que el estudiante se tome un descanso para caminar por el pasillo, ir a tomar agua o salir del aula cuando lo necesite. Dar más tiempo para los exámenes y/o un lugar separado para realizarlos para reducir la ansiedad. Permitir el uso de lista de palabras, apuntes o tarjetas con información durante los exámenes a los estudiantes que se bloquean o “se quedan en blanco”. Reducir la cantidad de tarea o fijar un máximo de tiempo para dedicarse a hacerlas.