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¿Qué le pasa a tu cerebro cuando rezas o meditas?

Nil Valverde
Nil Valverde
2025-08-12 13:29:55
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Una manera común de rezar es cuando una persona repite una oración específica una y otra vez como parte de su práctica. Y cuando uno lleva a cabo una acción así, una de las áreas del cerebro que se activa es el lóbulo frontal. El lóbulo frontal del cerebro es el que tiende a activarse cuando nos concentramos profundamente en una actividad. Cuando la persona siente que la oración se está casi apoderando de ella, por decirlo de alguna manera, la actividad del lóbulo frontal de hecho desciende. Esto ocurre cuando el individuo reporta sentir que no son ellos los que están generando la experiencia, sino que es una experiencia foránea que les está ocurriendo. La oración profunda, según ha encontrado Newberg, también genera una reducción en la actividad en el lóbulo parietal, más hacia la parte trasera del cerebro. Esta área recibe la información sensorial del cuerpo y nos crea una representación visual de él.
Juan Negrón
Juan Negrón
2025-08-07 01:10:44
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Cuando una persona reza, usualmente repite una oración específica —como el Padre Nuestro o el Ave María— una y otra vez. Al rezar, una de las áreas del cerebro que se activa es el lóbulo frontal, esta parte cumple la función de concentrarse, por lo que no es raro que se active cuando se está rezando. Sin embargo, cuando se reza una “oración profunda, cuando la persona siente que la oración se está casi apoderando de ella, la actividad del lóbulo frontal desciende. Esto ocurre cuando el individuo reporta sentir que no son ellos los que están generando la experiencia, sino que es una experiencia foránea que les está ocurriendo”. Es decir, el cerebro cree que está experimentando una sensación externa, como sentir ‘la presencia de Dios’, y una profunda conexión, algo que muchos creyentes reportan cuando se enfocan en sus oraciones. Por otra parte, rezar también reduce la actividad del lóbulo parietal, otra parte de nuestro cerebro, que nos hace percibir sensorialmente nuestro cuerpo y nos crea una representación visual sobre cómo es. Creo que tanto la oración como el mindfulness ayudan a tranquilizar a una persona, para que tenga más tiempo para sí misma y además active el sistema nervioso parasimpático. Este último, es el sistema que ayuda a desacelerar el corazón, dilatar los vasos sanguíneos y relajar los músculos, entre otras cosas. No solo meditar provoca las mismas reacciones que suceden en el cerebro al orar. Esto también puede pasar con otras actividades, como cuando los músicos comienzan a improvisar. Demostraría que “la creatividad puede ser una práctica profundamente espiritual para muchas personas, sin importar que tengan una vida religiosa o no. Y creo que sí están relacionadas, porque el cerebro no tiene un área designada solo para la religión”. Es decir, nuestro cerebro se estimula en las mismas áreas cuando rezamos, meditamos o escuchamos la novena sinfonía de Beethoven. Todas esas actividades, y quizás muchas más que no se han estudiado todavía, hacen que los humanos sintamos una profunda conexión con algo, ya sea Dios, la música o nosotros mismos.
Nadia Centeno
Nadia Centeno
2025-08-01 15:14:15
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Rezar activa el lóbulo frontal del cerebro. Rezar para muchos es reconfortante, liberador y puede dar un respiro en medio del caos. Cuando una persona reza, usualmente repite una oración específica como el Padre Nuestro o el Ave María una y otra vez. El experto se sorprendió cuando descubrió que "cuando se reza una oración profunda, cuando la persona siente que la oración se está casi apoderando de ella, la actividad del lóbulo frontal desciende. Rezar también reduce la actividad del lóbulo parietal, otra parte de nuestro cerebro, que nos hace percibir sensorialmente nuestro cuerpo y nos crea una representación visual sobre cómo es. Creo que tanto la oración como el mindfulness ayudan a tranquilizar a una persona, para que tenga más tiempo para sí misma y además active el sistema nervioso parasimpático. Este último, es el sistema que ayuda a desacelerar el corazón, dilatar los vasos sanguíneos y relajar los músculos, entre otras cosas.
Manuela Conde
Manuela Conde
2025-07-20 02:09:48
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Rezar o meditar es una experiencia muy personal. Sea parte de un rito religioso o no, en esos momentos, nuestro cerebro se activa de un modo particular. El neurocientífico Andrew Newberg vio en sus pacientes cómo, al repetir una oración específica una y otra vez, se activaba el lóbulo frontal. Esto ocurre siempre que nos concentramos mucho en una tarea. Pero lo que le sorprendió fue que, después, cuando las personas entran en una fase de oración profunda, la actividad de los lóbulos frontal y parietal, bajan. A medida que la actividad en esta área disminuye, perdemos el sentido del ser individual y nos llega esa sensación de unidad, de conexión.