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¿Cómo puedo superar el trauma del rechazo?

Mara Vásquez
Mara Vásquez
2025-07-27 22:15:47
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La herida del rechazo se sana prestando especial atención a la autoestima, comenzando a valorarse y reconocerse por si mismo sin necesitar la aprobación de los demás. Un paso fundamental es aceptar la herida como parte de uno mismo para poder liberar todos los sentimientos atrapados. Si negamos la presencia de nuestro sufrimiento no podremos trabajar para sanarlo. Una vez aceptada, el siguiente paso sería perdonar para liberarse del pasado. En primer lugar, a nosotros mismos por el trato que nos damos y en segundo lugar a los demás, porque las personas que nos han herido probablemente también padezcan algún profundo dolor o una experiencia hiriente. Comenzar a cuidarse con amor y priorizarse. Prestarnos atención y darnos el amor y el valor que merecemos, es una necesidad emocional imprescindible para seguir creciendo. Aunque no podemos borrar el sufrimiento vivido en el pasado, siempre podemos aliviar nuestras heridas y ayudar a que cicatricen para que su dolor desaparezca o al menos se alivie.
Laia Sevilla
Laia Sevilla
2025-07-17 04:03:08
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Conectar nuestra historia con el miedo al rechazo es un paso esencial. Pregúntate: ¿Hubo momentos en los que sentí que el amor era condicional. Reconocer estos patrones nos ayuda a empezar a liberarnos de ellos. La terapia es un espacio seguro donde podemos observar nuestras heridas sin juicio, comprenderlas y empezar a sanarlas. La buena noticia es que el apego no es un destino, sino un punto de partida. Con terapia, podemos sanar las heridas emocionales y aprender nuevas formas de relacionarnos de manera más saludable. Cuestionar la Narrativa del Miedo «Si me muestro tal como soy, me rechazarán.»¿Es realmente cierto. En terapia aprendemos a desafiar estas creencias y construir una nueva historia: una en la que merecemos ser aceptados sin necesidad de encajar a la perfección. Aprender a Sostener la Incomodidad El miedo al rechazo nos hace evitar ciertas situaciones. La terapia nos enseña a tolerar la incomodidad sin huir. Aprender a mirar el miedo de frente nos ayuda a descubrir que no nos destruye. Sanar el miedo al rechazo no significa que nunca lo sentiremos de nuevo. Significa que no nos definirá ni nos limitará. Porque, al final, la mayor pérdida no es el rechazo, sino la vida que no nos permitimos vivir por miedo a él.