¿Cuáles son las tres maneras de descubrir el sentido de la vida?

El cambio que necesitamos para vivir con sentido y bienestar implica coger el protagonismo de nuestra felicidad. Y este camino significa conocernos, conectar con nuestra confianza para creer que es posible vivir como uno quiere y que depende de uno mismo dar los pasos hacia allí. La confianza también nos ayudará a afrontar la incertidumbre de sentir que la seguridad no está fuera sino dentro nuestro y a tomar las decisiones con determinación y coherencia con quién somos para empoderarnos y construir nuestra hoja de ruta. El camino de descubrir qué te mueve, cuál es el talento que nace de ti, qué puedes aportar de especial y distinto en este mundo y qué alternativa te ayudará a andar hacia allí. Consiste en un espacio de diálogo siguiendo unas fases determinadas: Autoconocimiento: ¿En qué eres bueno y competente? ¿Qué es lo que te hace ser único y especial? ¿Qué es lo que puedes poner al servicio del mundo? ¿Qué es lo que verdaderamente te mueve? ¿Qué puedes aportar? Regulación emocional: Para afrontar aquello que está manteniendo la resistencia al cambio o la no acción: lo que dirán, necesidad de aprobación, falta de confianza y seguridad en uno mismo, gestión de la incertidumbre, etc. Liderazgo y acción: Conectar con tus valores, definir objetivos realistas y concretar un plan de acción para que empieces a dar los primeros pasos para vivir el futuro que quieres. Cada una de estas fases persiguen un objetivo: ayudarte a ganar capacidad de decisión para vivir desde quién eres vibrando bien fuerte: “mi vida la escojo yo”. El primer paso siempre empieza con una elección: ¿DECIDES EMPEZAR TU PROCESO PARA HACER QUE DE TU VIDA UNA VIDA CON SENTIDO?

La importancia existencial, entonces, a menudo se basa en el sentido de que tú le importas a los demás, desde ayudar a extraños necesitados y brindar apoyo social a sus seres queridos, hasta simplemente ser un amigo confiable. La coherencia es la sensación de que tu vida tiene sentido. Sentir un propósito nos ayuda a mantener la motivación en las buenas y en las malas de la vida cotidiana, y las personas decididas tienden a estar más satisfechas con sus vidas e incluso a vivir más tiempo .

El sentido de la vida se puede encontrar a través de una misión, un deber que cumplir. Es la forma más básica y la que las personas más buscan. El sentido de la vida se puede encontrar a través del amor. El sentido de la vida se puede encontrar a través de la contemplación. Se trata de disfrutar las pequeñas cosas, los detalles, los pequeños placeres del día a día. Cuando sirves a otros con tus talentos y habilidades, tu vida tiene sentido, percibes que vales y que aportas. Las personas que amamos son una inspiración constante para vivir y ser mejores. Son pequeños y grandes placeres que dan sentido a la vida.

La salvación del hombre está en el amor y a través del amor. Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas -la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias- para decidir su propio camino. Cuando la situación es buena disfrútala. Cuando la situación es mala, transformarla. Cuando la situación no puede ser transformada, transfórmate. El hombre es hijo de su pasado mas no su esclavo, y es padre de su porvenir. Es el ser que siempre decide lo que es. Es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero asimismo es el ser que ha entrado en ellas con paso firme musitando una oración. La vida tiene sentido en cualquier circunstancia. La aceptación de las circunstancias y el discernimiento de nuestra capacidad para intervenir en ellas constituyen también parte del secreto de esta actitud. El amor ayuda a preservar la propia identidad individual en un entorno concebido para destruirla. Solo amando se puede conservar la libertad interior, la autoestima y la personalidad. Las acciones diarias constituyen la base de la construcción de los hábitos que forjan la personalidad. Es precisamente en estos ejercicios cotidianos de libertad donde sembramos lo que mañana cosecharemos.

¿Qué doy al mundo? ¿Qué dono de mí? Abrir la puerta de mi mente y mi corazón para recibir al otro. ¿Cuál es mi actitud ante la vida? El gran secreto también es saber comunicarlo, transmitir el testimonio de vida. La vida siempre tiene sentido. Nada ha cambiado, solo yo he cambiado, por lo tanto, todo ha cambiado. Según la psicóloga, la generosidad y la entrega son vías esenciales para encontrar sentido en la vida.

Viktor Frankl nos ofreció tres maneras de descubrir el significado. 1.- Manera “creativa”: escriba un libro, haga una película, cree un negocio, etc… 2.- Manera “experiencial”: encuentre a otra persona, ámela en su singularidad y singularidad, o vaya a algún lugar que cambie su vida. 3.- Manera «actitudinal»: este es el camino elegir tu actitud ante la vida y llenarla de significado: un triunfo interior.