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¿Cuál es el enfoque de la terapia de aceptación y compromiso?

Iván Colón
Iván Colón
2025-05-03 00:03:51
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La terapia de aceptación y compromiso (ACT) es una de las terapias de tercera generación más conocidas. Tiene como objetivo crear una vida rica y significativa para el paciente, aceptando el dolor como una parte inevitable. La ACT es un modelo de psicoterapia que cuenta con respaldo científico y que utiliza técnicas como paradojas, metáforas, ejercicios experimentales o terapia de mindfulness. En definitiva, se basa en la teoría de los marcos relacionales, por lo que se encuadra dentro de la cognición y el lenguaje, y en cómo este se aprende a través de la interacción con el entorno. Las terapias de tercera generación, entre las que se incluye la terapia de aceptación y compromiso, se centran en el paciente a nivel holístico. Buscan modificar el contexto y no la conducta. Es decir, su principal objetivo es educar al paciente y reorientar su vida. Estas terapias se basan en la idea de que aquello que provoca malestar o ansiedad no son los eventos en sí, sino cómo nos relacionamos con ellos, vinculando nuestras emociones. No se trata de evitar aquellas cosas que nos causan sufrimiento. Al contrario, esta doctrina considera que aceptar nuestra propia experiencia mental y psicológica permite reducir la intensidad de los síntomas. También puede resultar útil para el paciente disponer de herramientas que le permitan convivir con el malestar y no obsesionarse con controlar todas sus vivencias.
Cristina Benavides
Cristina Benavides
2025-05-02 21:53:17
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La terapia de aceptación y compromiso tiene como objetivo crear una vida rica y significativa para el paciente, aceptando el dolor como parte inevitable de algunas vivencias. La ACT tiene como objetivo crear una vida rica y significativa para el paciente, aceptando el dolor como parte inevitable de algunas vivencias. La terapia ACT es aquella que enfocando los trastornos mentales desde una perspectiva contextualista y funcional se centra en educar al paciente y reorientar su vida, y no en reducir los síntomas que presenta su trastorno. La ACT pretende que el paciente pueda ser capaz de percibir su realidad, sus ideas y pensamientos, y cuestionar la forma en que le perjudica o influyen. Se utiliza la terapia ACT en psicología para este tipo concreto de trastornos haciendo hincapié en la aceptación del paciente, que resulta imprescindible ante experiencias relacionadas al dolor emocional, ansiedad, proceso de duelo o trastorno postraumático. Por otro lado, esta terapia también se centra en la potenciación del compromiso personal, que permite tomar consciencia de las conductas que suponen un peligro para la salud, como el consumo de drogas y alcohol. Además, en esta terapia destacan el autodescubrimiento y la clarificación de valores, de forma que el paciente se cuestione qué clase de persona quiere ser y qué valores y creencias son las que determinan e influyen en su vida, en su forma de interactuar y de comportarse. Estas se centran en el paciente a un nivel holístico, para así modificar el contexto y no la conducta (el entorno y la relación con el mismo juega un papel fundamental).
Rodrigo Asensio
Rodrigo Asensio
2025-05-02 20:01:52
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La terapia de aceptación y compromiso es un tipo de psicoterapia que se engloba dentro de las denominadas terapias de tercera generación, un tipo de terapias que se desarrollaron en Estados Unidos durante los años 80 y 90, y que presentan diferencias con respecto a las terapias de primera y segunda generación. Las terapias de primera y segunda generación se centran en la causa del malestar, de manera que su objetivo es eliminar los síntomas psicológicos que generan este malestar. En cambio, las terapias de tercera generación no centran su objetivo en hacer desaparecer los síntomas del malestar, sino que intentan limitar la influencia negativa que el trastorno tiene en la persona, para que aprenda a convivir con el malestar. En este sentido, estas terapias buscan la aceptación con el objetivo de reorientar la vida del paciente para que encuentre el bienestar. En ningún caso, no se trata de evitar aquello que causa sufrimiento, sino de aceptar la experiencia mental y psicológica para reducir la intensidad de los síntomas. La terapia de aceptación y compromiso es una de las terapias de tercera generación más conocidas y tiene el objetivo de que el paciente tenga una vida más rica, aceptando el dolor. Según esta terapia, el problema principal es que el paciente confunde la solución con el problema y huye de aquellos pensamientos y sensaciones que le provocan sufrimiento, malestar, ansiedad y depresión, de manera que solamente consigue incrementar los síntomas. La terapia de aceptación y compromiso se basa en una serie de principios, como la defusión cognitiva, la aceptación, la experiencia con el presente, el “Yo observador”, la claridad de valores y la acción comprometida. Cada uno de estos principios tiene una metodología específica, de manera que los ejercicios utilizados en cada uno son distintos. Defusión cognitiva: consiste en observar los pensamientos tal como son, para adoptar una visión más distanciada y racional de las cosas. Aceptación: este principio consiste en reconocer y aceptar la experiencia emocional, es decir, los pensamientos y sentimientos. En este sentido, el paciente no debe huir de las sensaciones que le provocan sufrimiento, sino disminuir los síntomas de este sufrimiento. Experiencia con el presente: el paciente debe centrarse en el presente, ya que es el único momento que puede vivir, participando de forma activa en lo que ocurre a su alrededor, porque resulta clave para su bienestar. Claridad de valores: este tipo de terapia exige trabajo de autoconocimiento para clarificar los valores del paciente. Acción comprometida: consiste en establecer metas guiadas por valores y alcanzarlas mediante acciones significativas.