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¿En qué situaciones es importante poner límites?

Carolina Zayas
Carolina Zayas
2025-08-24 00:08:42
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Implica reconocer que somos humanos y que, como tal, nos afectamos por situaciones que nos desgastan, agotan o desregulan emocionalmente, sensaciones que experimentamos en base a nuestra propia historia y vivencias. Por esta razón es normal que a veces no queramos o no podamos responsabilizarnos por otros. Puede ser difícil empezar a establecer límites. Desde lo cultural, está la idea de que para ser una buena persona hay que estar dispuesto a entregar todo por los demás. Por ende, para lograr fortalecer la autoestima y sentirse bien con uno mismo y los demás, se tienden a transgredir estos límites. Otra razón que explica la dificultad para establecerlos, es la falta de autoconocimiento, manifestándose en la dificultad para diferenciar quién es uno respecto a los demás, y cuáles son las propias necesidades y limitaciones. Para ello recomendamos en primer lugar, hacernos la pregunta de qué desventajas tiene el no poner límites. En general, cuando analizamos esos beneficios suele aparecer la posibilidad de conocernos mejor, y que los otros también nos conozcan realmente, logrando con ello alcanzar la sensación de congruencia interna y de autenticidad. Esto permite regular mejor nuestros propios estados emocionales, mejorar la autoestima y la comunicación con otras personas al ser más honesto y con ello, contribuir a mejorar la calidad de nuestras relaciones.
Sandra Hurtado
Sandra Hurtado
2025-08-20 22:27:35
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Es muy habitual poner por delante de nuestras propias necesidades las necesidades de los demás, porque queremos agradar o porque tenemos la autoexigencia de tener que cuidar de los demás antes que de uno mismo. Es ineficiente invertir energía en aspectos que sabemos que no nos importan o no nos llenan. Sobre todo, porque aunque digamos que sí, en el fondo, estamos sintiendo que no... y no nos está llenando. Y la actitud con la que realizamos actividades que no nos gustan, al final también hace que eso se vuelva contraproducente. Además, es interesante reflexionar sobre el coste que nos puede generar intentar poder con todo y cubrir todas las necesidades de todo el mundo. Cuando empecemos a practicar esta habilidad de decir que no, nos podemos sentir malas personas al no cubrir necesidades de los demás. Pero es normal, puesto que no estamos acostumbrados a ello, y los de tu alrededor menos. Incluso, cuando comenzamos a decir que no, puede ser que los demás, se quejen y nos exijan cosas... porque como siempre lo hemos hecho, esperan lo mismo de nosotros. Para ello es importante gestionar la posible culpa que pueda aparecer en un inicio, para no ceder una vez más y empezar a tenernos primero en cuenta a nosotros mismos. Reflexionar sobre los valores de uno mismo, de los demás, y saber diferenciarlos: ¿Qué valoro yo? ¿Cuáles son mis necesidades? ¿Qué es importante para mi y qué no? ¿Qué valoran los otros? ¿Cuáles son sus necesidades? ¿Podré cubrirlas mejor cuando cubra primero las mías? Priorizar y darle el valor que se merecen a nuestros propios valores. Saber decir que no asertivamente (ni pasivo, ni agresivo) a aquellos aspectos que no nos llenan. Aceptar la incomodidad que pueda resultar a la hora de dar una negativa a otra persona y saber que su reacción no es “culpa de uno”.
Oriol Téllez
Oriol Téllez
2025-08-09 11:41:18
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Es posible que nos encontremos con ciertos problemas a la hora de establecer límites. Falta de autoconocimiento: No conocer nuestros deseos y también aquello que no queremos en nuestras vidas. Miedo a ser egoístas: Sentir temor porque el resto piense que solo pensamos en nosotros mismos y no tenemos en cuenta los sentimientos de los demás. A veces, desde que somos pequeños, crecemos en sistemas sociales que nos hacen creer en normas distorsionadas sobre el amor. Nos hacen pensar que, para ser queridos, tenemos que estar siempre disponibles y que cuando no lo estamos, estamos siendo egoístas. Miedo a la soledad: Dependencia emocional, exceso de autoexigencia, preocupación por al qué dirán… Todos estos factores provocados por pensamientos distorsionados y creencias erróneas nos causan el sentimiento de miedo al rechazo de los demás y nos impiden comunicar nuestras necesidades. Pensar que podemos con todo: Ciertos sistemas sociales nos pueden hacer creer que siempre debemos llegar a todo y aguantarlo todo para ser personas válidas. Evitando así, centrarnos en nuestro bienestar.