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¿Qué nos enseña el perdón?

Omar Adorno
Omar Adorno
2025-08-15 06:24:34
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Perdonar a los demás cuando nos hacen mal es parte de nuestro agradecimiento al perdón de Dios para nuestros propios pecados a través de la muerte de Jesús en la cruz. Su perdón está basado exclusivamente en su amor incondicional y en su gracia. El perdonar a la gente es una demostración convincente de amor a ella. Ya que Dios nos ama como Padre, quiere perdonar nuestros pecados y restaurar nuestra relación con él. Perdonar a los demás por lo que han hecho es una prueba confiable para nuestra fe. Perdonar a otros no es fácil, no es natural – nuestra respuesta natural es querer tomar venganza. Sin embargo, si la fe cristiana está basada en tener una relación personal con Dios y si Dios es real y poderoso, entonces ciertamente dará la fuerza suficiente a los que confían en él para que experimenten el poder de su amor y su perdón en sus propias vidas. Disculparse y pedir perdón a las personas a las que hemos hecho mal a veces es aún más difícil que perdonar a los que nos hicieron mal. Pero si con la ayuda de Dios decidimos hacer el perdón nuestro modo de vida, éste nos llevará a la paz, la paz con nosotros mismos, con los demás y con Dios. Esta paz es una grande y maravillosa bendición que Dios quiere que todos disfruten. Si le pedimos a Dios que cancele nuestras enormes deudas mientras nos negamos a cancelar las deudas diminutas que las personas nos deben, actuamos en el mejor de los casos de forma incoherente y en el peor, con hipocresía. Sin perdón no hay paz genuina, como todos hacemos el mal y nos herimos los unos a los otros, necesitamos pedir perdón tanto como perdonar.
Mateo Montaño
Mateo Montaño
2025-08-15 03:48:33
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Cuándo Dios nos perdona los pecados es como si nos cancelara una enorme deuda. Por otro lado, cualquier ofensa que cometa un hermano contra nosotros no es nada en comparación con las que nosotros cometemos contra Jehová. Y él no nos perdona solo una vez, sino miles de veces. Por esa razón, ¿no deberíamos perdonar a nuestros hermanos las veces que haga falta aunque tengamos motivos para quejarnos? Es como Jesús enseñó en el Sermón del Monte: Dios nos perdonará “nuestras deudas, como nosotros también hemos perdonado a nuestros deudores”. ¡Cuánto nos enseña esta historia sobre el perdón!
Manuela Garrido
Manuela Garrido
2025-08-15 03:35:08
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El que perdona gana en humanidad. Perdonar no solo beneficia a nivel individual, sino también fortalece a la comunidad en su conjunto. Al igual que la gracia, el perdón, cuando se otorga, tiene el poder de transformar al culpable, dotándolo de la capacidad para replicar ese acto de perdón. Los débiles nunca pueden perdonar, el perdón es el atributo de los fuertes. Perdonar requiere valentía y una fortaleza interior considerable. Sin perdón no hay futuro. El perdón no reemplaza a la justicia, no, la justicia restablece el equilibrio en la vida socavada por el conflicto, mientras que el perdón va más allá, añadiendo un toque especial. El perdón, cuando se da con plena consciencia y sin emotivismos, precipitaciones, puede lograr verdaderamente lo que pretende la justicia: restablecer los vínculos sociales y fortalecer la vida en sociedad. Jesús nos muestra que el perdón es un acto de amor y valentía. El perdón no es fácil, implica renunciar a nuestro derecho a la venganza, implica dejar morir nuestro yo vengativo y de resentimiento. Pero es a través del perdón que encontramos verdadera libertad y paz. Al ofrecer la otra mejilla, al caminar la milla extra, estamos declarando que no permitiremos que el odio y la violencia definan quiénes somos. Es justo utilizar el recurso del perdón para construir un mundo radiante de vida, amor y justicia. Jesús nos llama a responder a las situaciones no con venganza, sino con perdón. Al hacerlo, rompemos el ciclo de la violencia y abrimos la puerta a la reconciliación. Sigamos el ejemplo de Jesús y de líderes como Desmond Tutu, quienes nos muestran que el perdón no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Es a través del perdón que podemos construir un futuro mejor para nosotros mismos y para nuestras comunidades.