¿Qué tipo de relación mantienen con tu cuerpo?

Luis Orta
2025-08-15 12:34:24
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Es muy frecuente que las personas que no se sienten bien con su propio cuerpo eviten tener contacto con él. Pero, de la misma forma que se puede aprender que nuestro cuerpo nos genere emociones desagradables, también se puede aprender lo contrario. Lo importante de todo esto no es que ames tu cuerpo, sino que la forma de relacionarte con él no te impida vivir cosas importantes para ti. Asociar tu cuerpo a sensaciones agradables. Puedes darte un buen masaje mientras suena una canción que te guste mucho, y estar atento o atenta a las sensaciones que te producen. Evitar filtros y retoques de las redes sociales. Lo ideal es estar en contacto con tu yo real, para ir aceptando tu cuerpo y cara tal y como es. Recordar valorarte como algo más que un cuerpo.

Samuel Aguilera
2025-08-06 04:46:40
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Ya se ha hablado de cómo el modelo normativo de sexualidad impacta en la manera en la que vivimos nuestra sexualidad, pero hay otra cuestión que hace que no interioricemos el potencial que tiene la piel: la relación (no especialmente buena) que solemos tener con nuestro cuerpo.
Si nos relacionamos con nuestro cuerpo desde el juicio, el desagrado, el querer cambiarlo porque sentimos rechazo por nosotras/os mismas/os, no estaremos ante una buena orientación.
La aceptación, la autocompasión, la sintonía con el cuerpo para mimarlo; es decir, el objetivo debería ser cuidar nuestro cuerpo porque lo apreciamos, no porque lo odiamos.
Todos los cuerpos, independientemente de su forma, tamaño, edad o peculiaridades tienen la capacidad de sentir placer.
Sin embargo, parece que lo único que nos importa de los cuerpos es precisamente su morfología, más en concreto, su encaje con el estándar estético, haciendo que cuando este no se produce, aparezca el juicio, el malestar y la baja autoestima.
El camino para establecer una relación con el propio cuerpo más adaptativa no es rápido.
Puede haber muchos primeros pasos: una alimentación más consciente, reservar 20 minutos al día para el autocuidado, ir al médico, dentista o fisioterapeuta si no nos sentimos bien, darnos mensajes más indulgentes a nosotras/os mismos/as cuando no hacemos las cosas 100% perfectas…
y si pensamos en el área de la sexualidad -y en que la piel es el órgano sexual más grande del ser humano-, empezar a cambiar el foco de atención de lo estético a lo sensorial puede ser un primer paso.

Nicolás Alejandro
2025-07-31 15:25:34
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La relación que las personas tenemos con nuestro cuerpo está muy vinculada a nuestra biografía y al contexto que habitamos. Es decir, tenemos habilidades para pensar e interpretar pero no somos capaces de poner conciencia plena en las sensaciones y movimientos corporales, o en ver cómo las emociones nos atraviesan. El cuerpo no solo hay que pensarlo, sino que hay que sentirlo. La educación que hemos recibido, cómo han sido nuestros vínculos familiares y todos los mensajes sociales, son ingredientes para nuestra ensalada que van a dar el resultado de la vivencia corporal y del procesamiento de la información.
La falta de información de calidad y útil sobre los cuerpos, tanto propios como ajenos, influye en cómo nos relacionamos con él. Por ello, es importante conocer su funcionamiento y su potencial. De lo que se trata es de que seamos capaces de entender el cuerpo simultáneamente desde los pensamientos, emociones, sentidos y movimientos. Ir al cuerpo, comenzar a conectar, supone poner conciencia plena e ir agudizando para así conocer toda la información y su potencial.
Soy una persona única y valiosa y mi cuerpo está muy bien así como es. No emitir juicios hacia los demás cuerpos: la diversidad corporal en toda su magnitud es una realidad y es mucho mejor si la entendemos y aceptamos. Reconexión corporal: atender al cuerpo con curiosidad, sin exigencias y escuchar lo que en él sucede desde la conciencia plena y la validación sin juicios. Cuidarlo: dormir, comer bien, expresar emociones, reaprender a respirar, mirarlo, conocerlo, respetarlo, hacer respetar sus límites y darle placer.

Unai Guillen
2025-07-28 20:56:27
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La relación que tienes con tu cuerpo no es tan obvia como pudiera pensarse. Ese vínculo, tan evidente y esencial, muchas veces se mantiene en un segundo plano, a pesar de su importancia. Con frecuencia, la relación que tienes con tu cuerpo es de tipo instrumental o funcional. Instrumental cuando la asumes como una vía para generar determinado impacto en los otros. De este modo, te “cuidas” para gustar, o te adornas para atraer. También es posible que ocurra lo contrario: te ocultas de la mirada de los demás o te descuidas porque no tienes un buen autoconcepto en este terreno. La relación que tienes con tu cuerpo también puede ser solo funcional. Te acuerdas de él cuando sientes un dolor o te enfermas. Mientras estás saludable, se te olvida que se trata de un organismo en actividad constante, y que todo lo que haces, sientes y piensas tiene lugar biológicamente dentro del mismo. Algunas personas tienen una relación distante con su cuerpo. No lo exploran, no lo conocen y también es posible que sientan cierto desprecio o aprehensión hacia él. En quienes tienen ese vínculo problemático pueden aparecer los dos extremos: aquellos que son excesivamente pudorosos y atentos con su organismo, y los que son básicamente indolentes con su propio cuerpo. La relación que tienes con tu cuerpo pasa por la pregunta de qué tan sensible y consciente eres de esos cambios que tienen lugar en tu organismo. Lo que respondas te puede dar una idea acerca de la calidad de ese vínculo.

Berta Samaniego
2025-07-15 19:10:39
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La relación que tenemos con nuestro cuerpo suele ser funcional. Es decir, nos acordamos cuando nos enfermamos o sentimos un dolor. El cuerpo no es ajeno a lo que ocurre en la mente. Seguramente te hayas dado cuenta alguna vez si has sentido que estabas nervioso, estresado o con ansiedad cómo afectaba directamente en tu cuerpo. Dolores de barriga, dolores en el pecho, en la espalda o dolores de cabeza. Pensar en exceso tiene un serio impacto sobre el cuerpo. Cuando modulamos emociones, liberamos hormonas o pensamos en exceso, puede afectar a nuestra salud. Nuestro cuerpo gasta una energía tremenda en un solo día. ¿Cuántas horas o días a la semana le dedicas a enfocarte en tu cuerpo?
A preguntarte, ¿cómo está tu espalda, o tus piernas o los dedos de tus manos?
¿Si necesitan algo, si llevan mucho tiempo activo, si necesitan de alguna ayuda externa para relajarse o para reactivarse?
La cultura del movimiento Nuestros cuerpos no fueron diseñados para un deporte o solo para ir al gimnasio.
A través de diversas formas de movimiento, podemos potenciar las habilidades y la conexión de nuestra mente y nuestro cuerpo.
Cuando nos movemos, le enseñamos a nuestro cuerpo a adaptarse a diferentes tipos de carga, una gama más amplia de patrones de movimiento, una mayor exposición a la propiocepción y las habilidades físicas.
Al practicar esto, también podemos realizar cambios neurológicos.
Y tú, ¿cómo quieres relacionarte con tu cuerpo?
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