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¿Cuál es la diferencia entre hablar y comunicarse en una relación?

Jordi Jurado
Jordi Jurado
2025-08-24 07:10:36
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La diferencia entre hablar y comunicarse en una relación radica en encontrar un punto de equilibrio entre los dos, donde se puedan expresar los sentimientos y pensamientos de manera efectiva, teniendo en cuenta las diferencias individuales en la comunicación. Partiendo de como sois cada uno y de que en qué medida se os llena antes o después el vaso de la comunicación. Verbalizar sentimientos no es fácil y a unos cuesta más que a otros.
Víctor Barreto
Víctor Barreto
2025-08-10 19:32:56
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Comunicarse no es el simple acto de hablar. Es un proceso complejo en el que no sólo cobra importancia lo que se dice, sino el cómo se dice, la emoción que lo acompaña, el dónde se dice, el cuándo, las pausas, los silencios y los gestos. Comunicar es más que hablar, Es imposible no comunicar, aunque al llegar a casa nuestra pareja, no nos diga nada, el silencio ya nos está diciendo mucho. Aunque no queramos, nuestra propia conducta habla, incluso puede que grite más que las palabras. Es imposible «dejar de realizar acciones» pues ya sea por acción u omisión la conducta que emitimos constantemente comunica cosas a las personas de nuestro alrededor. Cuando nos comunicamos no sólo transmitimos o recibimos información, también definimos qué tipo de relación tenemos con la otra persona. Una misma verbalización, por ejemplo decirle a tu pareja «¿Quién limpia hoy los platos?», puede estar diciendo exactamente eso, una simple pregunta…, o esconder detrás la siguiente idea «siempre me toca a mi limpiar y tú nunca haces nada, así que ve poniéndote las pilas». Según el tono de voz, ritmo o contexto en el que nos encontremos esa simple pregunta puede esconder información, una recriminación o una broma, es decir, está definiendo qué tipo de relación hay. En toda comunicación siempre vamos a encontrar el nivel de contenido y el relacional. La puntuación de los hechos. Cuando atendemos a parejas o familias y preguntamos por el origen de las discusiones y cómo se desarrollan es más que probable que cada uno sitúe el comienzo de todo en algún punto temporal diferente, culpándose el uno al otro y excusando la propia conducta por las acciones de la pareja. Debemos tener en cuenta que las personas nos encontramos en una continua «corriente de conducta» en la que nuestras acciones provocan una reacción en los otros, que a su vez provocan acciones que nos influyen y vuelta a empezar. Como de un partido de tenis infinito se tratara, llega un punto que no es interesante (ni útil) averiguar quién hizo el primer saque, si no el porqué seguimos jugando a esto que nos hace tanto daño. La comunicación puede ser digital, cuando usamos sistemas como el lenguaje, la escritura, en la que hemos añadido significados a palabras que no tienen mucha relación con aquello a lo que hacen referencia, por ejemplo la palabra «mesa» no se parece mucho a una de verdad. Por otro lado encontramos la comunicación analógica, en la que el símbolo o gesto es parecido a aquello a lo que quiere hacer referencia. El lenguaje no verbal entraría dentro de este campo. Ambos tipos de comunicación tienen fortalezas y debilidades, y no siempre los expresamos en consonancia. Al comunicarnos con otra persona lo podemos hacer desde una posición simétrica o complementaria. La primera indica igualdad entra las partes, es decir, se da cuando las personas que se comunican se saben y se sienten «iguales», existe una reciprocidad en la relación, sin embargo la complementaria se produce cuando en la comunicación hay una diferencia clara entre las partes, y esta hace que se complementen, por ejemplo relaciones que hay entre madre/padre-hijo, profesor/a-alumno o médico/apaciente. Es habitual que en las relaciones de pareja se produzcan situaciones de simetría y situaciones de complementariedad, por ejemplo, cuando uno de los miembros enferma y por un tiempo queda al cuidado del otro. Sin embargo, mantener de forma rígida situaciones de simetría o complementariedad puede llegar a convertirse en un problema. Como vemos, la comunicación humana guarda una enorme complejidad. En la terapia de pareja se trabaja mucho sobre los aspectos comunicativos, pero no simplemente «mandando» a las personas hablar como si nada, si no que se evalúan y analizan estos aspectos para encontrar la mejor manera de que ambos puedan establecer interacciones comunicativas satisfactorias.
Dario Alicea
Dario Alicea
2025-08-03 04:51:20
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La conexión en una relación no se alcanza si las parejas no pueden abrirse y compartir aspectos más profundos de sí mismos. Las conversaciones íntimas son aquellas en las que se exploran los miedos, sueños, traumas y deseos más personales. Este nivel de vulnerabilidad fortalece la intimidad y fomenta un sentido de seguridad emocional. La apertura y la aceptación mutua son fundamentales para construir esta confianza. Todos los modos de conversación son importantes, ya que, de una manera u otra, no hay modalidad que no ayude a la conexión y al entendimiento. El que la pareja los use con equilibrio será fuente de riqueza debido a que, aunque sean de importancia en su totalidad, cada uno ofrecer matices diferentes y abarca espacios que otros no completan. Significativos son los contenidos más específicos y sencillos que aportan cercanía, conocimiento e intimidad cotidiana. Muy valioso es poder compartir esas cosas muy personales que solo pueden ser contadas a aquel con el que mayor cercanía se debe de tener y que es refugio seguro. En definitiva, no hay tipo de conversación que no aporte ni que sobre, por lo tanto, que todas sean cultivadas no solo es recomendable, sino que también pueden entenderse como necesario.